Fue el domingo 3 de febrero. La Dirección Provincial de Deportes me invitó a entrevistar a un grupo de campeones. Eso me dijeron en un inicio, por lo que pensé que se trataba de glorias deportivas del territorio. Ya en el camino, me dijeron en verdad: iremos a visitar a un pelotón mecanizado de corte de caña al municipio de Baraguá.
Y no fue que me desagradara la noticia, pero mi agenda periodística un poco que se "desconsoló", pues ya había imaginado varias entrevistas con otrora luminarias deportivas de aquí. No sabía que, en verdad, iba a encontrarme con verdaderos campeones.
Costó trabajo localizar a los valientes, que, casi en pleno mediodía, se perdían entre la "marea" del cañaveral. Y tampoco fue fácil reunirlos por espacio de unos 15 minutos para mostrarles la solidaridad del movimiento deportivo de la provincia para quienes hacen posible, precisamente, que existan campeones, de esos a los que yo imaginé entrevistar.
Estos Juantorena, Stevenson o Kindelán de los campos avileños no pueden darse el lujo de perder mucho tiempo. Cuando les increpé que no iba a decidir una media hora para el diálogo, uno de ellos me respondió: ¡¿Quién ha visto que un campeón se detenga a descansar en medio de la competencia!?
No tardaron en incorporarse a sus respectivas faenas. Ahora, este 4 de marzo de 2019, mientras leo la noticia, es que comprendo toda la grandeza de aquella afirmación: "Después de 71 y 72 jornadas de zafra, respectivamente, los pelotones de corte mecanizado con combinadas KTP, pertenecientes a las Unidades Básicas de Producción Cooperativa Nguyen Van Troi y 13 de Octubre, en áreas del municipio de Baraguá, se convirtieron en los primeros que alcanzan la condición de millonarios en la provincia de Ciego de Ávila..."