Señales contradictorias ante la COVID-19 en Ciego de Ávila

La existencia de nuevas variantes, el flujo de visitantes y el incumplimiento de los protocolos sanitarios podrían darnos otros sustos antes que termine el año, si no le ponemos conciencia al nuevo escenario

La semana pasada hacíamos un breve resumen de los 19 meses de enfrentamiento a la COVID-19 en Ciego de Ávila y terminábamos con una pregunta: ¿podremos sostener la mejoría? Hoy regresamos con el cuestionamiento luego de recibir señales contradictorias.

Por una parte, los principales indicadores para el control de la epidemia siguen mejorando. Esta semana la incidencia de casos ha caído a los niveles más bajos desde mayo, con menos de 200 (23 como promedio diario) y sin fallecidos, un dato muy alentador después de vivir meses de real agobio y sufrimiento.

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Este comportamiento del contagio, mucho más ralentizado y con mejor pronóstico para los enfermos, a pesar de que continúa circulando la variante Delta, ha ido empujando la tasa de incidencia acumulada a una zona de mayor control, aunque sigue siendo elevada: 100 por cada 100 000 habitantes.

Con ese guarismo, teóricamente, no deberíamos estar entrando en la Nueva Normalidad, tal y como viene sucediendo, y que será más visible cuando este lunes otro grupo de estudiantes retome el curso escolar de manera presencial. De cierta forma, no declarar aún el cambio de etapa y fase funciona como luz roja, alertando de que todo lo hecho hasta aquí es reversible.

Aun cuando los actuales picos pandémicos y rebrotes en países como Rusia o Alemania están llegando de la mano de las personas no vacunadas ─algo que en Cuba no debe suceder, por cuanto la inmunización avanza en todos los grupos etarios mayores de dos años─, la existencia de nuevas variantes, el flujo de visitantes y el incumplimiento de los protocolos sanitarios podrían darnos otros sustos antes que termine el año, si no le ponemos conciencia al nuevo escenario.

Insistimos en este punto porque hay señales de alarma en cualquiera de nuestras esquinas y hasta allende el pedraplén. Esta semana varios videos grabados en el Hotel Pullman de la cayería dan cuenta de indisciplinas y aglomeraciones en áreas comunes de la instalación.

No es la cola del pollo, no es la cola del pan, es la cola del pullman para almorzar 🥵🥵🥵🙏

Posted by Saima Rosa Santiesteban Cáceres on Friday, October 29, 2021

Otros servicios congestionados también son visibles a lo largo del bulevar, desde las sucursales bancarias, pasando por las tiendas en MLC, hasta la notaría. Y lo que está sucediendo es que las entidades cumplen las medidas puertas adentro, pero se desentienden del problema puertas afuera, aun cuando es de su incumbencia.

La conjura contra la COVID-19 pasa, lo hemos dicho hasta el cansancio, por la responsabilidad individual y colectiva. Por supuesto que tener menos casos y menos muertos son noticias para celebrar la vida, pero ojo con los excesos de entusiasmo, porque bastante ha costado llegar hasta aquí. En dolor, esfuerzo y dineros: casi 51 000 enfermos, de ellos más de 700 fallecidos.

Al cierre de agosto la provincia había erogado más de 444 millones de pesos en el enfrentamiento a la pandemia, solo en 2021. Ha sido demasiado.