Sector no estatal de Ciego de Ávila ante la COVID-19

A finales de noviembre, Invasor anunciaba que, como en un cachumbambé, se ha movido el número de trabajadores por cuenta propia en Ciego de Ávila durante la pandemia. Marzo pasado cerró con 20 031 personas autorizadas para ejercer alguna de las 111 actividades aprobadas; al concluir octubre, esa cifra se redujo a 19 302; y, en este momento, suman 19 281.

Abril, mayo y junio pusieron en picada al sector no estatal avileño; luego aumentó, entre julio y agosto, como efecto del primer pase de la provincia a la etapa de recuperación pos COVID-19, y otra vez empezó a decrecer a partir de septiembre, con el rebrote. Los indicadores, nuevamente, comenzaron a deteriorarse desde el 1ro. de enero de 2021, con la aparición de una “tercera oleada” del SARS-CoV-2.

Al ritmo de la pandemia, no se ha podido rebasar la cifra de 20 000, pues no pocos han interrumpido sus negocios hasta que se creen las condiciones sanitarias y económicas para volver —que incluye un levante del país—, mientras a otros les ha tocado experimentar “el abre y cierra” que arrastra la reaparición del nuevo coronavirus en dos ocasiones.

Están, además, las afectaciones económicas a los tributos en favor del presupuesto del Estado. Por ejemplo, hasta el mes de julio, según datos ofrecidos por la Dirección Provincial de Trabajo y Seguridad Social, se hablaba de un tope de dos millones 300 000.00 pesos entre las diferentes formas de gestión.

No obstante, a dos semanas de iniciada (el 18 de junio) aquella primera fase de la etapa pos COVID-19 en Ciego de Ávila, la reincorporación y el arranque inmediato de trabajadores no estatales permitieron reducir a un millón 400 000.00 pesos dichas afectaciones. Obviamente, también se aplica la imagen del cachumbambé y esos millones han seguido siendo millones.

Juan José González Carballeira, subdirector que atiende el sector no estatal en la Dirección Provincial de Trabajo y Seguridad Social, explicó que, desde el mes de marzo, se instituyó como una causa de suspensión del trabajo por cuenta propia la emergencia sanitaria provocada por la COVID-19. “Hoy contamos, a partir de la situación propia de cada municipio avileño, con 1 108 suspensiones en diferentes actividades.”

Si indagamos un poco hacia atrás, conoceremos que, hasta junio, Ciego de Ávila registró 7 738 cuentapropistas, en 97 actividades, que suspendieron sus licencias debido a esta enfermedad, pues fue necesaria la paralización de esas labores para garantizarles su salud y la de los demás. Después, de una forma u otra, se fueron reincorporando.

Tras el primer rebrote, octubre concluyó con 9 445. Sin embargo, después de decretarse en noviembre la fase dos de la etapa de recuperación en el municipio cabecera, y la tres en el resto del territorio, se habían reincorporado a sus actividades, aunque con requisitos, alrededor del 70 por ciento de ellos, incluyendo los transportistas.

Teniendo en cuenta lo dicho por González Carballeira en la revista Equilibrio, de la Televisión Avileña, en este segundo rebrote no se paralizarán tantas actividades, si bien las condiciones epidemiólogas siguen muy complejas.

¿Por qué? “Es propósito mantener las actividades productivas y de servicios, tanto en el sector estatal como no estatal, para proteger la vitalidad de la economía. Los trabajadores por cuenta propia continúan prestando sus servicios.”

Explicó que “hay un grupo de actividades, como la de servicio gastronómico de restaurante y de cafetería, que expenden solo para llevar o a domicilio, no para consumir en la entidad. Se ha decidido que sea de igual forma en la primera fase de la etapa de recuperación pos COVID-19 y en Transmisión Autóctona Limitada (municipios de Ciego de Ávila, Majagua y Morón).”

En tal sentido, “el país y la provincia han suspendido los servicios de bar-recreación (con 24 licencias), gimnasios de musculación (16), operadores de equipos de recreación infantil y de audio. Las áreas de concentración trabajan al 50 por ciento, porque en ellas se provoca mucha afluencia de personas y hay que evitar transmisión”.

El subdirector esclareció que los trabajadores, de acuerdo con su condición de vulnerabilidad (mayores de 60 años, con enfermedades de base…), pueden solicitar a las direcciones municipales de Trabajo la cesación de su actividad, ya sea de manera presencial o por teléfono, sobre todo por esta última vía. El resto sigue laborando, con limitaciones.

“Los carretilleros y elaboradores-vendedores de alimentos y bebidas no alcohólicas de forma ambulatoria, en municipios en Transmisión Autóctona Limitada y fase uno de la etapa de recuperación, deben vender desde sus viviendas. En la tercera fase, todos los trabajadores no estatales se reincorporan a sus puestos.

Precisó que no queda interrumpido el alquiler de habitaciones, solo cesan las cuatro actividades mencionadas. Eso sí, hay que cumplir estrictamente con las medidas higiénico-sanitarias.

Asimismo, dijo que el trabajador estatal que se quede en casa al cuidado de un pequeño, anciano u otro familiar a cargo (enfermo o postrado), recibirá el ciento por ciento del salario el primer mes y, a partir del segundo mes, el 60. “Si el cálculo del 60 por ciento resulta inferior a 1 528.00 pesos, se lleva el salario hasta ese monto, partiendo del valor de la canasta familiar de referencia.”

Aclaró que se retoma el teletrabajo en las actividades que lo permitan y los centros laborales establecen los mecanismos de control para esta modalidad. Del mismo modo, la categoría de vulnerabilidad se mantiene, previa evaluación de la administración, con los documentos del facultativo.

Iniciará Ciego de Ávila Declaración Jurada sobre Ingresos Personales.