El sierraleonés Albert Ina Charles cursa el Sexto Año de Medicina en Ciego de Ávila, y cuenta que “Cuba es mi familia, mi segunda Patria”
El fallecimiento de su papá cuando él solo tenía cinco años a causa de un tumor cerebral fue uno de los motivos para interesarse por estudiar Medicina.
Ya Albert Ina Charles cursaba la secundaria en su natal Sierra Leona cuando Melrose, su mamá, le contó que era posible que, si hubieran tenido acceso a una mejor atención médica, su padre hubiera podido sobrevivir.
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“Era un niño serio, tranquilo, aplicado. Cuando caminaba hacia mi escuela primaria, mis conocidos me llamaban doctor, quizás por ese comportamiento característico mío. Pienso que ya la gente veía en mí algo que ni yo mismo sabía.”
Siempre le gustaron mucho la Biología, la Química, la Física, las Ciencias en general. En la Secundaria empezó a tener conocimiento de qué era un médico. “A partir de allí empecé a ver que la atención médica no es tan organizada o buena como en Cuba. Por eso estoy estudiando aquí, para regresar allá y apoyar en el lugar que sea necesaria mi labor”.
Después de aprobar el examen nacional para el acceso a la universidad, Albert hizo una aplicación para la beca en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) y el dos de octubre de 2014 comenzó la preparatoria en este centro, donde también cursó primero y segundo año de la carrera.
Hoy tiene 25 años y estudia Sexto Año en la Facultad de Ciencias Médicas José Assef Yara, de Ciego de Ávila, integra la brigada Che Guevara y fue vicepresidente del Consejo de Naciones durante el cuarto y quinto.
“Mi primera experiencia en el enfrentamiento a la COVID-19 fueron las pesquisas activas, desde abril del pasado año comencé a hacerlas, en el área que corresponde al Policlínico Sur de la capital avileña.
“Visitaba diariamente 61 familias, buscando las personas que tuvieran algún síntoma respiratorio u otros de los que caracterizan a esta enfermedad. Recuerdo que tuvimos un caso que fue remitido para Morón, pero finalmente no dio positivo cuando se le realizó el PCR.”
También participó en la distribución del PrevengHo-Vir a los pacientes, acompañado por una enfermera de esa zona.
En septiembre del pasado año acometió otra tarea: participó en el programa de aplicación de la Biomodulina T para los mayores de 60 años, la cual acometió hasta principios de noviembre.
“Apliqué muchas inyecciones, en varios consultorios del Médico de la Familia de la ciudad de Ciego de Ávila, acompañado por alumnos de Quinto Año de Licenciatura en Enfermería.”
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En noviembre de 2020 comenzó el internado que comprende cinco rotaciones: Medicina Interna, Pediatría, Cirugía, Ginecología y Medicina General Integral (MGI). “Estoy ubicado en el consultorio 45, con la doctora Dainet Clara Díaz Torres y la enfermera Maribel Pérez Barrero, con las que he aprendido mucho, al igual que con la profesora y doctora Milena Hidalgo, que es la que me atiende”.
Para Albert, “Cuba es mi familia, mi segunda Patria. Siempre recuerdo una frase de Fidel que dice que los extranjeros son cubanos nacidos en otros países”.
Nunca olvida que su país fue de los que más sufrió con el ébola en el 2014, con la muerte de muchas personas, y que Cuba enseguida mandó médicos y enfermeros que ayudaron a erradicar esa enfermedad.
Esa fue una de las causas de que participara voluntariamente en las pesquisas activas y las otras misiones aquí, para demostrar su solidaridad. Y también de que, cuando se gradúe, pronto, en su querida Sierra Leona labore donde sea más necesario.