A punto de terminar la cuarentena en ese municipio avileño, las principales autoridades pasan balance a estos días de COVID-19.
Las noticias han llegado a pesar de la cuarentena. 21 días después de decretada esa medida de aislamiento obligatorio en Florencia, a falta de emisora de radio o corresponsalía de televisión, las redes sociales han mostrado a un municipio disciplinado y en calma.
Si algo rompió esa tranquilidad, desde aquel nefasto 7 de abril en que se confirmaron 11 florencianos con el SARS-CoV-2 de un tirón, además de los altoparlantes con información oportuna, fue este Primero de Mayo de formas distintas, pero con las mismas esencias.
Eso me dice Yenni Carvajal Jiménez, presidente del Consejo de Defensa Municipal (CDM), otra vez por teléfono, pues no ha sido posible para Invasor llegar hasta allá. “Busque en Facebook cómo se engalanaron los barrios. Es encomiable la actitud del pueblo, por el Día Internacional de los Trabajadores y en el enfrentamiento a la COVID-19. Realmente hay que aplaudirlos también”.
El Secretario del Partido en Florencia aprovecha para contar lo hecho en medio de una epidemia que golpeó al territorio más que a otros en la provincia (16 casos positivos y un evento de trasmisión local autóctona).
Habla de estructuras reorganizadas para garantizarle a la población los servicios básicos, en especial a los aislados obligatoriamente; de mensajería hasta la puerta de la casa para los más vulnerables; de locales que permutaron hacia otros más cercanos ya que casi se paralizó el transporte; de la minindustria que no le tiene miedo al coronavirus y ha seguido produciendo porque la comida no puede esperar; de tierras dedicadas al tabaco y roturadas ahora para sembrar alimentos de ciclo corto; de la empresa tabacalera que ya empezó la escogida pues los rubros exportables tienen prioridad; de la Pesca que sigue exprimiendo el embalse con todo y la sequía; del pozo que abastecerá a los 19 puntos de acceso fácil al agua potable y el anhelo perenne de un acueducto…
Hablamos media hora y, reconozco, habría sido mejor ir caminando por las calles anchas de Florencia y encontrar a los trabajadores del Comercio y al Gastronomía repartiendo con equidad en los barrios más alejados. O en la esquina a los muchachos (y algunos que no lo son tanto) de la pesquisa. Sus historias tendremos que contarlas algún día porque han llegado al 100 por ciento de la población en cuarentena, han preguntado y vuelto a preguntar, entrenando el “olfato”, encontrando contactos hasta debajo de las piedras.
En un momento Florencia llegó a tener dos centros de aislamiento activos: 40 trabajadores de una granja avícola en Las Pojas y más de una docena de trabajadores de la Salud en el motel Siboney. Hoy el panorama es otro.
El municipio no se quedó cruzado de brazos ni se amilanó ante la llamada de atención del Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez. Si todo se mantiene como hasta ahora, el martes próximo podría levantarse la declaratoria de cuarentena y volvería, de a poco, a una normalidad que nunca más será la misma.
Yenni Carvajal Jiménez cree que entre las muchas lecciones aprendidas “por las malas” en Florencia está haber entendido que, ante epidemias como la COVID-19, la disciplina en el cumplimiento de lo indicado, dígase el aislamiento, la distancia social y la desinfección de superficies, es la principal vacuna.