Cuando se cumplen dos años de los primeros casos de la enfermedad provocada por el SAR-CoV-2, Ciego de Ávila vuelve a escalar la curva de contagios
El ligero incremento en la incidencia de COVID-19 mostrado en Ciego de Ávila hace 15 días terminó por concretarse la semana pasada y va por más en esta. El sábado 19 de marzo, tomando como base las estadísticas hasta el miércoles, decíamos que, si el promedio diario se mantenía por debajo de 50, volveríamos a la senda del descenso. Pero eso no sucedió.
Con 100 casos reportados el jueves, otros 119 el viernes y 77 el sábado pasado, la oncena semana cerró con un saldo de 492 contagiados autóctonos que donde único nos consolidó fue en la lista de las tres o cuatro provincias que no han logrado dominar la epidemia. Más preocupante todavía porque el virus sigue circulando en todos los municipios, según alertara el propio Ministro de Salud Pública.
Tal circunstancia motivó la presencia, durante la semana que concluye, de un equipo ministerial encabezado por el Doctor Reinol García Moreira, que ha visitado hospitales, áreas de Salud, policlínicos, consultorios, y chequeado en el terreno el cumplimiento de los protocolos sanitarios diseñados para esta etapa. Las conclusiones de su visita de asesoría y control fueron presentadas en el Grupo Temporal de Trabajo para el enfrentamiento a la COVID-19.
En Grupo Temporal #Ciego el Dr. Reinol Delfín García Moreiro informa sobre las deficiencias detectadas recomendando incrementar la aplicación de las dosis de refuerzo, elevar la promoción de salud y el apego a los protocolos establecidos. #LatirAvileño #CiegodeAvilaPorLaVida pic.twitter.com/hWGW40N093
— Dirección Prov. de Salud - Ciego de Ávila (@dpsCiego) March 24, 2022
Sin tiempo para las metáforas, García Moreira habló en términos duros. “El pronóstico es peligroso; si no cortamos la transmisión la semana próxima tendremos números muy preocupantes. Ya sabemos que más enfermos a la misma vez eleva las probabilidades de desarrollar formas graves y la muerte, y tensa el sistema de Salud”.
Ómicron ha avanzado, fundamentalmente, entre la población que no ha recibido el refuerzo. En ese sentido, el enviado del Ministerio de Salud Pública criticó la lentitud del proceso de vacunación y dijo que faltan alrededor de 30 000 avileños por recibir el llamado booster. “Entre las personas hospitalizadas y reportadas de grave comprobamos que muy pocas se habían reforzado. Esto tiene que ser una prioridad”.
El chequeo también encontró incongruencias entre la cantidad de test de antígenos realizados y las hojas de cargo de las consultas, indicativo de que se ha utilizado este método de diagnóstico por complacencia. “Cada test le cuesta al país 15 dólares y el protocolo es muy claro en cómo se debe proceder”.
Incluso entre quienes sí son registrados en el sistema sanitario la positividad de los test de antígeno es muy baja, apenas del 20 por ciento, muy contrastada contra la alta positividad de los PCR-RT confirmatorios. “Esto quiere decir que los test se indican sin una investigación clínico-epidemiológica de rigor”.
Sobre la apertura de eventos de transmisión, García Moreira consideró que en la provincia se ha sido lento, lo cual favorece las cadenas de contagio al interior de las comunidades, donde se incumplen las medidas establecidas y el protocolo para el ingreso domiciliario. Bajo su supervisión, Ciego de Ávila declaró dos eventos comunitarios en Ceballos, con unos 50 casos en conjunto.
Ese poblado avileño es hoy el epicentro del rebrote. Una visita por centros de trabajo allí enclavados y al área de los edificios puso de manifiesto la baja exigencia administrativa y sanitaria, en general. Tales deficiencias son comunes al resto de los territorios, aunque los principales núcleos de preocupación estén en los consejos populares Ceballos, Centro Ciudad y Turiguanó (¡otra vez!), así como los municipios de Baraguá y Florencia.
También se mencionó como causa del agravamiento de la situación epidemiológica la inobservancia de los aforos en las actividades de cara al público; la no realización de la pesquisa diaria en los centros de trabajo; el poco alcance de la inspección sanitaria y el uso incorrecto de los medios de protección.
Las recomendaciones del equipo de trabajo liderado por Reinol García Moreira podrían resumirse en dos verbos: exigir y controlar.
Tomás Alexis Martín Venegas, gobernador de la provincia, indicó que la revisión de las medidas y el llamado a elevar la percepción del riesgo y la exigencia es para todos los municipios y áreas de Salud, no solo para aquellos más comprometidos epidemiológicamente.
Asimismo, informó que se decidió suspender el Festival Piña Colada y que los trabajadores por cuenta propia y artesanos ubicados en los bajos del edificio 12 plantas se dividirán en dos grupos y trabajarán en días alternos. “Para ello previmos un ajuste en sus tributos”, precisó.
La semana 12 del año va a sobrepasar en cantidad de contagiados a la precedente, por lo que no podemos hablar de un “mal día”. Al contrario, los acumulados de este trimestre son 6,6 veces más altos que los de igual período de 2021. Ello confirma la contagiosidad de ómicron y la baja percepción de riesgo.
Por eso el doctor Artigas es el primero que siempre recalca la vulnerabilidad del pronóstico si no se cumplen las medidas de contención. Es apenas el cálculo de la probabilidad de que se mantenga un comportamiento en función de la estabilidad de unos indicadores. Un foco institucional, un evento comunitario, romperían en pedazos cualquier vaticinio y nos pondrían, nuevamente, contra la pared.
Se evalúan en @HospitalMoronCA resultados de Visita de Control al municipio Morón de equipo de trabajo del @MINSAP, acompañados por nuestros directivos y funcionarios, sobre la actual situación epidemiológica de #CiegodeAvila.#LatirAvileño #CubaVive pic.twitter.com/TBk5IEqH7M
— Dirección Prov. de Salud - Ciego de Ávila (@dpsCiego) March 23, 2022
Cuando parecía que Ciego de Ávila llegaría al segundo año de epidemia (cumplido el 24 de marzo) con una situación sanitaria menos compleja, el relajamiento de algunas medidas y la no observancia de las indicaciones relacionadas con el ingreso domiciliario o el rastreo de contactos, deshicieron cualquier atisbo de control y esa sensación de estar a salvo. Coincidirá conmigo en que ahora tiene toda la pertinencia del mundo aquella frase beisbolera: “esto no se acaba hasta que se acaba”.