Ni la incertidumbre que pueda generar dentro de casa las actuales medidas de reordenamiento económico y financiero, ni la escasez de productos en tiendas, almacenes, cafeterías y restaurantes, ni el abusivo precio que algunos ya le cuelgan a lo que venden… nada de eso le ha quitado a esta recta final de 2020 ciertos detalles que el avileño afianza año por año.
Mi lente capta la naturalidad con que un par de obreros pinta el muro de Los Elevados; otros reparan el restaurante El Flotante, en pleno corazón del Parque de la Ciudad; trabajadores del sector eléctrico sustituyen luminarias en la calle Joaquín de Agüero; varias familias resanan o pintan la fachada de sus hogares; personal de la campaña antivectorial fumiga viviendas en Chicho Torres, entre Abraham Delgado y Marcial Gómez…
Tal vez en las últimas seis décadas nunca un fin de año rodó en medio de tanta expectativa. Nadie lo niega. Ordenar a escala de hogar el macro-ordenamiento que pretende realizar el país no es cosa de juego. Pero se hará. Diciembre sienta bases.
Mejorando el restaurante El Flotante
Duro contra el Aedes
Eléctricos en acción
La Romagnola no se rinde
Diciembre sigue batiendo pañoletas
A pesar de la escasez…
Instalaciones limpias
Que no falten espacio y tiempo para el necesario esparcimiento
La niñez, el tesoro más preciado
Ojo, el SARS-CoV-2 no deja de acechar
La vida sigue su curso