Para muchos un diploma, aplauso o reconocimiento público, como acciones emulativas, no tienen hoy el mismo significado de antes, quizás porque se ha perdido esa práctica que tanto tiene que ver con la formación del hombre nuevo que requiere Cuba.
Por encima de cualquier —mal— agüero, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Construcción (SNTC) acciona, junto con el Ministerio de la Construcción (MICONS), en la revitalización del Movimiento Vanguardista de los Trabajadores de la Maquinaria, que tuvo momentos de esplendor en la década de los años ´80, de la pasada centuria, y el Movimiento Maestros de la Construcción, con 15 años de experiencia.
La Empresa de Construcción y Montaje de Ciego de Ávila fue sede de un encuentro entre las provincias de Villa Clara, Cienfuegos, Camagüey, Sancti Spíritus y la sede, donde “se evaluó y proyectó el trabajo de ambos movimientos, con gran impacto empresarial y social, sobre todo en el cuidado, mantenimiento y protección de los equipos, y, por ende, la disposición técnica”, destacó Misael Rodríguez, miembro del Secretariado Nacional del SNTC.
Sobre los Vanguardistas de la Maquinaria y Talleres Modelos trascendió que los choferes, operarios y operadores, trabajadores en general, permiten desde hace décadas el funcionamiento de medios de transporte con 20, 30 y 40 años en explotación, incluso, para algunos ya ni se fabrican piezas en el mundo.
Los resultados de las empresas del MICONS recaen en estas fuerzas de puntería, que hasta “hacen magia” con la vieja técnica, al ser responsable de sostener la mecanización.
Por su parte, el Movimiento Maestro de la Construcción, que agrupa con esa condición a 1 228 trabajadores del sector en todo el país, mereció detenimiento en aspectos como continuar reforzando el estímulo material, que tan difícil se hace en estos tiempos, revisar detalladamente en cada territorio el uniforme exclusivo de los acreedores de tan alta y selectiva designación (colores, grados, diseño y cantidad de piezas), fomentar aún más el vínculo de los obreros distinguidos con los jóvenes, así como ir hasta la familia y el barrio del Maestro, donde también debe reconocérsele.
El mayor aporte de estos hombres replicadores del saber, según varias declaraciones, está en apoyar la superación de los choferes, operadores y operarios en temas como los valores; en garantizar la calidad y estabilidad en las obras constructivas y en trasmitir sus conocimientos sobre oficios que, en la actualidad, ni siquiera se ofrecen en escuelas politécnicas, como el de los buldoceros.
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Quedó claro que hay, no obstante, que imbricar con inteligencia y sistematicidad ambos movimientos, pues con ellos, además de prestigiarse el sector, queda expuesta una forma de incentivar la superación y el enaltecimiento entre grupos de trabajo e individuos.
Igualmente, en el espacio de socialización de buenas y regulares prácticas, se habló de la importancia de la organización de los integrantes, se insistió en el principio de selectividad durante el proceso de crecimiento y en la proyección de las actividades que durante todo el calendario merecen los condecorados, pues llevan dinero y hay que incluirlas en los planes.
Un tema que mereció varias precisiones entre los más de 30 participantes fue las regulares condiciones en que se transportan hoy los trabajadores de la Construcción, con énfasis en el caso de Ciego de Ávila, donde las casetas han merecido varias multas por parte de inspectores de Transporte, pues en los documentos del carro no consta su uso para trasladar obreros.
En tal sentido, varios delegados coincidieron en que muchas veces se violan normas de seguridad e higiene, pues en unos cuantos vehículos se pone la caseta, llevan a los trabajadores, luego quitan la caseta, se ponen al servicio de la carga y luego vuelven a repetir el proceso para trasbordar a los obreros, prácticamente sin limpiarse. Por eso, son varios los empeños de provincias como Cienfuegos y Villa Clara por acondicionar los camiones.
Entre los alrededor de 185 000 afiliados al SNTC, en más de 4 000 secciones sindicales de base, son muchos los nombres y equipos que pueden integrar estos Movimientos, que deben convertirse en un reto, bujía inspiradora.
Conjuntamente, en empresas y organismos estatales, debiera extenderse esta práctica de promover la superación a partir del ejemplo de otros. Sigue siendo la estimulación un hermoso camino para construir valores éticos capaces de enfrentar los retos que imponen un férreo bloqueo económico, la corrupción y el burocratismo.
Un diploma de honor, medallas, pasquines, banderas, la colocación de los retratos y obra de los Maestros de la Construcción en museos (como el de Varadero, en Matanzas), deben volver a distinguir lo sobresaliente de lo normal, con ciertas formalidades que solo hay que buscarlas en la propia historia cubana.
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