Ciego de Ávila vs COVID-19: un mes de epidemia

Este viernes se cumplió un mes del primer caso de SARS-CoV-2 informado en Ciego de Ávila. Hacemos un repaso visual del comportamiento de la epidemia en la provincia.

Los miedos de toda una provincia se hicieron realidad el día 24 de marzo, hace exactamente un mes. Una avileña de 42 años que había regresado el 15 de ese mes, procedente de Estados Unidos, comenzó a presentar síntomas respiratorios el 17. El jueves 19 de marzo fue detectada por la pesquisa y aislada en el primer centro para pacientes sospechosos, el hospital psiquiátrico Nguyen Van Troi.

En esa fecha, cuando Cuba solo contabilizaba 57 casos, se decretó el cierre parcial de las fronteras y la cuarentena obligatoria para todos los viajeros que arribaran al país, porque había que atajar lo antes posible a la epidemia. Paulatinamente fue mandatorio usar el nasobuco en espacios públicos, el distanciamiento social, el aislamiento y la higienización de superficies.

Desde entonces, Ciego de Ávila ha contabilizado 82 infectados con el SARS-CoV-2 y, excepto el municipio Primero de Enero, el resto de los territorios han confirmado pacientes. Con el cierre del 23 de abril son exactamente 72 horas sin nuevos casos y se antoja un inmejorable “regalo” de cumple-mes para una provincia que ha tenido en los últimos 30 días más de un susto.

El susto del primer fallecido, el 28 de marzo. El susto de los 20 casos anunciados en la misma jornada, después de un fin de semana tranquilo. El susto de la segunda fallecida, el 6 de abril. El susto de la niña de nueve meses que, gracias a un colectivo encomiable (casi todas mujeres) ya salió de la gravedad. Y otros sustos que nunca vieron la luz porque fueron conjurados enseguida y no llegaron a más.

También hemos “cosechado” alegrías ―en medio de la tensión de muestras tomadas a sospechosos y sus contactos, de los resultados del laboratorio y de las cadenas de contagio auscultadas hasta el último eslabón. 24 para ser exacta. 24 personas que, como se dice en estos casos para bajarle la emoción que anuda las gargantas, tienen una anécdota que contar a sus hijos y nietos. ¡Qué maravilla cuando se puede vivir para contarlo!

Hay, ahora mismo en Ciego de Ávila, una calma que no puede, sin embargo, traducirse en ciego optimismo. Solo el tiempo y la actitud de todos dirán si esta pausa en la curva de la epidemia es temporal o definitiva. Para refutar cualquier exceso de confianza están activos cinco eventos, cuatro de ellos de trasmisión autóctona limitada. Si eso no es suficiente alarma, no quiero ver qué lo sea.

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Contrario a la dinámica del país, que se mantiene en una proporción pareja, aquí son mayoría las mujeres contagiadas. De ellas, la mitad tiene más de 40 años y ocho son mayores de 60 (incluida la fallecida). De los 38 hombres, 19 tienen 40 años o más y solo cinco superan las seis décadas de vida (incluido el fallecido).

Las edades son importantes no solo desde el punto de vista estadístico. Ya se ha publicado que son precisamente los adultos mayores los más vulnerables ante la COVID-19 y también los que más mueren como resultado de las complicaciones relacionadas con la enfermedad y otros padecimientos concomitantes, muy comunes en la ancianidad.

Muy a nuestro pesar, de los 136 niños contagiados en Cuba, Ciego de Ávila reporta 13 (no contamos la joven de 18 años de Florencia). En ese grupo con edades pediátricas destacan, y no felizmente, dos lactantes de ocho y nueve meses (procedentes de Chambas y Venezuela, respectivamente), un niño de dos años y otros siete menores de 10 años. Se contabilizan, además, dos menores de nacionalidad francesa.

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Cuando se cumple un mes de la presencia del SARS-CoV-2 en Ciego de Ávila todavía 77 muestras están pendientes del análisis de PCR-RT en los laboratorios de Villa Clara y otros 21 pacientes esperan 72 horas de evolución de sus síntomas para hacerse el exudado nasofaríngeo.

La provincia continúa con una elevada tasa de incidencia acumulada de 18,7 por cada 100 000 habitantes y la pesquisa sigue identificando sospechosos. Ayer se reportaron ocho personas con infecciones respiratorias agudas y riesgo epidemiológico.

Solo ahora Ciego de Ávila está a las puertas de cerrar su primer evento, algo que deberá suceder mañana. Mientras, permanecen abiertos 26 controles de foco.

La epidemia no se ha acabado. Todavía no es tiempo de celebrar.