Ciego de Ávila vs. COVID-19: 15 días para entender la pandemia

Los indicadores epidemiológicos de la primera quincena de julio serían suficientes si, en realidad, no fueran demasiado

Perdone usted, estimado lector, si lo abarroto de números. Créame que tampoco me gustaban antes de que la COVID-19 se expresara en cifras, riesgos, secuelas y fallecimientos. No me ha quedado de otra que agarrar las estadísticas por los cuernos para que no me gane la desesperanza.

Ciego de Ávila vs. COVID-19: seguimos acumulando récords negativos.

En este periódico llevamos 479 días poniendo en blanco y negro los números, para luego abrirlos en dos y contar las historias que ocultan. No ha sido fácil, porque en cada período o rebrote hay puntos de inflexión que, luego, desbordan los pronósticos, desdicen las certezas y obligan a repensar, una y otra vez, en qué nos estamos equivocando.

La primera quincena de julio es de esos mazazos que aturden y amenazan con blanquear la memoria. Los indicadores epidemiológicos de la provincia en solo 15 días habrían bastado para ponernos contra las cuerdas, por momentos, en casi 16 meses de enfrentamiento a la pandemia. Pero el problema es, precisamente, que se han manifestado en apenas dos semanas. Ha sido brutal. Veamos:

— Con los 619 casos autóctonos reportados al cierre del 15 de julio, Ciego de Ávila sobrepasó los 10 000 contagiados con el SARS-CoV-2 (10 373 para ser precisa) desde marzo de 2020, de ellos 4 614 en los últimos 15 días.

— Esta cifra, ¡4 614! representa el 44 por ciento de todos los casos acumulados y casi la mitad de los enfermos diagnosticados en 2021. Sí, es un número descomunal.

—- Es tan grande lo que ha pasado en las dos primeras semanas de julio que supera la sumatoria del rebrote de septiembre más los saldos de enero, febrero, marzo y abril. Con eso bastaría para entenderlo todo.

— Pero tendríamos que decir, además, que julio ha roto día a día los máximos absolutos en todos los indicadores. Por primera vez se contabilizaron más de 400 controles de foco (449 al cierre del 15 de julio), más de 1 000 casos activos (1 239); una positividad del 30 por ciento; y una tasa de incidencia que alcanzó los 1 063.6 por cada 100 000 habitantes.

— Desde el 1ro. de julio, apenas dos días han tenido menos de 100 casos. La secuencia, evidentemente, ha sido la más abrumadora, con cinco días consecutivos reportando picos máximos de contagio con 458, 581, 633, 729 y 619; y un promedio diario de 307 confirmados. Esos cinco acumulados habrían bastado para este análisis y llegaríamos a la misma conclusión.

Primer Caso reportado de Sayli Sosa

— Como decíamos, la positividad ha ido in crescendo y se ha alejado peligrosamente de los parámetros que establece la Organización Mundial de la Salud. Al mantenerse por encima del 30 por ciento se confirma la alta transmisión del virus en el territorio.

— Un dato que respalda lo anterior es la positividad que muestran los test de antígenos, de alrededor del 50 por ciento. Este indicador apunta hacia otra realidad y es que no solo está circulando el SARS-CoV-2, pues el otro 50 por ciento tiene síntomas y no es COVID-19.

— La correspondencia entre test positivo y PCR-RT confirmatorio, de acuerdo con las autoridades sanitarias avileñas, es del 60 por ciento, muy distante del 95 por ciento experimentado en Matanzas y que motivó un cambio en el algoritmo de diagnóstico en esa provincia, al contar como positivos a la enfermedad a quienes estén reactivos a los test de antígenos.

— Pero para mirar con lupa el comportamiento de la pandemia habría que decir que no podemos descansar en la certeza de que solo quien muestra sintomatología sugestiva a la COVID-19 (tos persistente, fiebre, diarrea o decaimiento general) está enfermo. Es cierto que en el actual rebrote la proporción entre sintomáticos y asintomáticos está a favor de los primeros, por mucho. Como mismo es cierto que no estamos haciendo estudios poblacionales (no es posible en este momento, desde el punto de vista logístico) y, por tanto, quienes no se muestran enfermos siguen esparciendo el virus, por debajo del radar.

— Dejo para el final la letalidad de los últimos 15 días, no porque quiera transmitir un mensaje de pánico. Al mismo tiempo, sin embargo, parecería que solo la muerte de nuestra gente enciende las alarmas de la autorresponsabilidad y de la conciencia colectiva. Quizás no se note, jornada tras jornada, no obstante, el país pasó de una decena de casos a más de 20, más de 30, más de 40, 51 ayer jueves y este viernes más de 60, en apenas un par de semanas.

— A Ciego de Ávila le ha pasado igual. De no reportar fallecidos en los tres primeros días del mes de julio pasó a computar seis en 24 horas. Al cierre de la primera quincena del mes en curso, se informó oficialmente el fallecimiento de 27 personas, que representan el 35 por ciento del total de muertes notificadas aquí en más de un año de enfrentamiento a la pandemia.

En medio de todo esto, Abdala avanza. Morón concluyó la aplicación de la primera dosis en 45 251 y ya comenzó con la segunda, en 6 350. Por su parte, en la capital provincial, 59 716 personas mayores de 19 años recibieron la primera de tres dosis de la primera vacuna cubana. Una vacuna que, se ha informado hoy, además de la eficacia de 92.28 por ciento, ha demostrado ser 100 por ciento efectiva en prevenir estadíos graves y críticos, así como la muerte.