Baja la percepción del riesgo en Ciego de Ávila

Durante los primeros meses de la presencia de la COVID-19 en Ciego de Ávila y Cuba, la mayoría de las personas se asustaban y cuidaban de protegerse ante los números diarios de casos positivos y de fallecidos, aunque los mismos no eran altos.

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Por desgracia, hoy, cuando la situación epidemiológica es mucho más compleja y todos los días el doctor Francisco Durán tiene que informar y dar condolencias por nuevos casos de personas fallecidas en nuestro país, observo con preocupación que los avileños parecen no mostrar mucha inquietud por ello.

Lo digo con conocimiento de causa. He estado en colas en las que he pedido distanciamiento físico y recordado que la enfermedad mata, y hasta me han llegado a decir: “los que se mueren iban a morir de todas maneras”.

Solo ante la presencia de alguna autoridad, ya sea de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) o un inspector, y bajo la amenaza de cuantiosas multas, es que en estos sitios las personas se colocan a más de un metro y medio entre ellas.

“Debemos evitar excesos de confianza y no bajar la guardia”

En la mañana del viernes 26 de marzo, una multitud se agolpaba en las afueras de la unidad El Hockey, ubicada en la esquina de las calles Honorato del Castillo y Eduardo Mármol, con casi nulo distanciamiento físico.

El jueves 18, alrededor de las 6:00 de la tarde, un grupo de jóvenes y niños jugaba fútbol, incluso con porterías de metal puestas en la calle, a solo dos cuadras del céntrico parque Martí de la capital avileña.

Este miércoles 24, pasado el mediodía, más de diez pequeños pateaban una pelota de baloncesto en la esquina que conforman las calles Maceo y Eduardo Mármol, algunos de ellos sin mascarilla.

Amistades y conocidos me aseguran que también los juegos, lo mismo de béisbol que de balompié, son habituales en distintos horarios en el reparto Ortiz y otros barrios de la ciudad de Ciego de Ávila.

Es lamentable ver la gran presencia de niños y adolescentes en las vías, muchas veces solos, sin nasobucos o con estos colgados del cuello.

El nasobuco como bufanda

En el parte dado el jueves 25 por el doctor Francisco Durán García, director de Epidemiología del Ministerio de Salud, informaba que 121 menores de 20 años adquirieron la enfermedad, de ellos 108 en edad pediátrica.

Puedo citar más ejemplos, pero una realidad es obvia: en Ciego de Ávila la percepción del riesgo ante la COVID-19 es insuficiente. Solo basta con echar un vistazo a las colas, los muchachos y muchachas en las calles y a quienes, en una esquina o en un portal, beben de la misma botella mientras conversan o juegan dominó.