Atención en la comunidad, otra fortaleza contra la COVID-19

Quizás como nunca antes a los Consultorios del Médico y la Enfermera de la Familia les ha tocado en estos meses de enfrentamiento a la COVID-19 trabajar por partida doble en la ciudad de Ciego de Ávila.

Es que además del seguimiento y control de programas de salud priorizados, se han sumado la pesquisa activa, los controles de foco, la vigilancia epidemiológica y un mayor número de atenciones médicas, luego de que las principales instituciones de Salud de la provincia estuvieran comprometidas con el virus.

A estas alturas ninguna de las acciones se ha descuidado. Lo explica la doctora Daynet Clara Díaz Torres, a cargo del consultorio No.45 de la ciudad cabecera, quien ha alternado la atención a embarazadas y lactantes con el seguimiento oportuno del cuadro de salud de una población de 1 785 personas, en medio de prácticas que también han debido ser renovadas.

“Las consultas de puericultura las hemos practicado en las casas con tal de evitar la exposición de la mamá y el bebé. Realizamos aquí solo la toma del peso y la talla, después de desinfectar el área donde se va a practicar el examen. Se ha mantenido la vacunación en condiciones seguras y hemos insistido en las visitas a los hogares para conocer en realidad el estado de salud de las personas.”

consultorio embarazadaLa atención a las embarazadas y lactantes: objetivo priorizado

Otras de las acciones importantes en esta etapa han sido las intervenciones poblacionales con medicamentos de factura cubana, que buscan elevar la respuesta del sistema inmune ante la enfermedad. Este proceso se ha concebido desde los consultorios, primero con el Prevengho-Vir, y luego con la Biomodulina T, para los mayores de 75 años, que en esta área de 16 manzanas suman 75 pacientes.

Hasta la fecha solo han reportado un foco que generó dos casos, asociados al evento de transmisión institucional del Hospital Provincial General Docente Doctor Antonio Luaces Iraola, y en los últimos 15 días la pesquisa no ha encontrado pacientes con sintomatología.

Lo cierto es que la vigilancia epidemiológica también ha sido una tarea del barrio y así lo confirma Sulayn Monzón García, presidenta del CDR 5, quien ha sido el enlace que ha permitido sumar voluntades para la pesquisa, las labores de mensajería a pacientes enfermos y la limpieza de áreas aledañas al centro.

Considerados una pieza clave en el Programa de Medicina Familiar, toca al equipo médico de cada consultorio lograr resolver entre un 70 o 80 por ciento de los problemas de salud de la población y el objetivo es continuar avanzando en la regionalización de los servicios. En este sentido, la COVID-19 ha impuesto un reto.