A más de un millón 500 000 pesos asciende el valor de la reparación media a que está sometida en estos momentos la fábrica de levadura torula Alfredo R. Pérez, adscrita a la Unidad Empresarial de Base (UEB) de Derivados, enclavada en el municipio de Ciro Redondo, en esta provincia de Ciego de Ávila.
Mejorar el funcionamiento integral de esa industria, sobre todo en aquellos puntos vitales que intervienen en la elaboración del alimento animal, con el fin de disminuir los índices de roturas y de consumo, y llevar a un estadio superior el flujo de los líquidos, entre otros, conforman el objetivo del programa que recién comienza.
Juan Carlos La O Coronel, director de esa UEB, aledaña al central Ciro Redondo, precisó que las faenas más importantes están centradas en la reanimación, tanto del horno como de la caldera; y en las encaminadas a la evacuación de los residuales. Agregó que también trabajan en la reparación de la cubierta del almacén donde se resguarda la producción terminada.
Tres brigadas pertenecientes a la entidad especializada ZETI son las encargadas de las labores que, según el cronograma, deben concluir el 1ro. de abril para, de inmediato, arrancar con la producción en esta fábrica, única de su tipo en el territorio avileño.
Al colectivo de la planta pinense lo anima el empeño de mantener el prestigio ganado por esa unidad, cuyo producto final es portador de una alta concentración proteica, esencial en la alimentación porcina y de otras especies; y para la formulación del antiestresante y fito estimulante radicular y foliar Fitomás E y C, de probados resultados tanto en la caña de azúcar como en otros cultivos agrícolas.
• Lea aquí sobre los beneficios que entraña el empleo del Fitomás.
La UEB de Derivados de Ciro Redondo produce, además de la torula en crema y seca, el denominado torulín, Fitomás, miel proteica, hielo y bidones plásticos.
La fábrica de levadura torula Alfredo R. Pérez es la primera de su tipo en Cuba y Latinoamérica, fundada en la etapa en que el Comandante Ernesto Guevara de La Serna se desempeñaba como Ministro de Industria de la naciente Revolución cubana. Fue inaugurada en 1965, y se ha mantenido funcionando gracias al sentido de pertenencia de sus trabajadores y a la dedicación del movimiento de innovadores y racionalizadores en la búsqueda, fabricación y recuperación de importantes piezas.