Ordenamiento: dos caras de una misma moneda

Cuando hace casi 10 años se dijo que "se avanzará hacia la unificación monetaria”, muchos no imaginamos que el avance tomaría una década, porque las deformaciones de la economía eran tan serias que tales torceduras podían desviarnos del camino. Pero, al mismo tiempo, semejantes complejidades nos fueron postergando las correcciones y las medidas paliativas terminaron desembocando, a mediano plazo, en otras distorsiones.

Sin querer, los males se nos multiplicaban en otros males y se nos encarecía el costo de una dilación que pretendemos frenar ahora, no solo cuando más de 200 especialistas y hasta expertos internacionales ya estudiaron el asunto, sino cuando el país, asediado por fuertes restricciones del bloqueo y sumido en una crisis agravada por la COVID-19, pudiera enrumbarse a una peor situación. De alguna manera, salvarnos implica poner las fichas sobre la mesa.

Y si bien parece que el efecto dominó se esparce por todos los sectores y pudiera trancar un juego que no dominan siquiera las empresas exportadoras o las de una eficiencia avalada en cumplimientos y sobrecumplimientos, este “partido económico” no puede ser analizado por datas.

Sin dudas habrá efectos, que este martes se ejemplificaban en la Mesa Redonda: las empresas que tengan pérdidas y sus producciones no sean vitales tendrán que cerrar, porque es imposible continuar subsidiando pérdidas. La devaluación de nuestra moneda provocará eso. Habrá presión empresarial y entidades abocadas a ganar siempre.

Sin embargo, al unísono, disminuirá esa carga del presupuesto del Estado y el país podrá ir recuperando los fondos que invertirá en incrementar 4,9 veces el fondo de salario y un 5,0 el de las pensiones. En paralelo, por supuesto, tienen que irse creando las riquezas, a partir de que se encadenen las exportadoras, por ejemplo, y la materia prima cubana abarate costos y no sea, paradójicamente, más cara que la importada. Estimular esas producciones y generar dividendos hacia lo interno de la economía nos hará mirar más hacia adentro para colocar más hacia fuera.

El avance del guión que vimos en la Mesa Redonda nos hace creer que la puesta en escena tiene todo para triunfar y será la implementación quien dictará los resultados y permitirá ir corrigiendo disposiciones, sin retroceder. Lo aseguró Marino Murillo Jorge, jefe de la Comisión de Implementación de los Lineamientos, al referirse al rigor técnico con que se ha diseñado esta política de ordenamiento.

Y para ilustrar lo difícil que ha sido puso en evidencia deformaciones que harían asombrar al más incrédulo de los productores: “¿Que es más rentable para el Lácteo trabajar con leche holandesa que con la ordeñada en los potreros de Ruta Invasora ? —Ná, eso es un cuento”, hubiese dicho cualquier ganadero avileño, ajeno a la Mesa Redonda y alejado, en teoría, de las tasas de cambio y la dualidad.

Pero ese mismo avileño, convencido, incluso, de la efectividad de una medida que rembolsará su bolsillo, podría resultar afectado si al devaluarse la moneda los precios mayoristas disparan a los minoristas y el incremento del salario no cubre o no queda por encima de esa “escala de valores”. He ahí uno de los retos para evitar una inflación que ha sido “reprimida”, en parte, con el aseguramiento de una canasta familiar normada que, en lo adelante, incluirá otros bienes y servicios, no solo los que hoy llegan a la bodega.

Aunque Murillo aseguró que en la formación de precios los estatales no aumentarán al mismo nivel del salario (y por tanto no disminuye la capacidad de compra del peso), queda un sector no estatal al que los topes y las resoluciones no siempre han logrado apartar de la especulación. Por eso, mientras hablaba de los múltiples desafíos que iremos enfrentado, pensaba en este como uno de ellos.

No obstante, si de mejorar nuestra economía se trata, bienvenidos todos los retos y los “por cuantos” que luego los encausen, porque el inmovilismo no es una ficha de triunfo.Y a estas alturas cualquier operación que se haga con nuestra moneda implicará verle las dos caras a un fenómeno que, a corto, mediano y largo plazo, se dibuja como nuestra moneda de salvación. Podemos apostar.

• Lea aquí el resumen de Invasor sobre la Mesa Redonda de este martes.