Municipio avileño de Chambas con la mirada en el surco

Los terribles daños del huracán Irma van quedando en el recuerdo de los asociados a la cooperativa de créditos y servicios Mártires de Girón, en Ranchuelos

Aquellos días en los que Orlando Pérez Morell, uno de los líderes de esa agrupación campesina, sentía la unión del cielo con la tierra, ya le resultan lejanos y razones le sobran para juzgarlo así.

En sus áreas prevalecían los árboles frutales, destruidos en gran parte por los fuertes vientos, hecho que motivó numerosos ajustes para salir a flote.

Resulta común que ante la llegada de visitantes a esas tierras salga a relucir la historia que vivieron con tal de retornar a la normalidad mediante una estrategia segura y sabia: apelar a las siembras de ciclo corto con el fin de generar alimentos cuanto antes, y con ello, recuperar la economía de la agrupación.

Así, poco a poco, transformaron su esencia productiva al punto de que tienen áreas con yuca, plátano, frijol caupí, maíz y ají, entre otros, más la ventaja de que los frutales empiezan a recuperarse, sobre todo, las plantas del gustado mamey, que este año les augura una buena cosecha.

Esas posibilidades implican una seria responsabilidad en la presente etapa, marcada por la Covid-19, enfermedad que ha paralizado al mundo y genera dificultades económicas y alimentarias bastante serias.

Autoridades del territorio avileño, encabezadas por Carlos Luis Garrido Pérez, presidente del Consejo de Defensa Provincial, visitaron el lugar, donde el dirigente planteó la necesidad de que cada campesino asuma sus responsabilidades con el amor que los caracteriza, sobre todo en tiempos difíciles.

Garrido con el productor Orlando Pérez MorellGarrido, a la derecha, en diálogo con el productor Orlando Pérez Morell, al centro

“Es necesario el compromiso de los productores, y en el caso de esta CCS, deben tributar las hortalizas de Ranchuelos y al resto de Chambas”, afirmó Garrido Pérez, mientras en el diálogo se habló de las posibilidades de sembrar tomate empalado, en lo que ya tienen experiencia. Asimismo, se prevé la recuperación de un antiguo cafetal cercano a los frutales.

Ganaderos ganadores

A los encargados de la ganadería en el noroeste avileño les fue muy bien el pasado año cuando lograron un récord de 4 900 000 litros de leche.

La calidad de los pastos, combinado con la siembra de alimento para el consumo de las reses y la evidente tradición en ese oficio contribuyeron al despegue productivo, que no es suficiente, pues lo que ellos hacen de más no surte el efecto deseado mientras otros polos avileños incumplan lo previsto.

mujerChambas posee 13 puntos refrigerados para el acopio de leche

Claro, el mérito no se les puede quitar y las razones se encuentran en pleno campo. Fidel Camejo Toledo, director de Técnica y Desarrollo en la Empresa Agropecuaria de Chambas, informa que poseen 13 termos refrigerados para el acopio de leche, lo cual beneficia la calidad del alimento, su protección e inocuidad, más la comodidad que esto representa para los campesinos.

Desde que en septiembre de 2018 Invasor visitara la zona, se avizoraban progresos con la siembra de plantas proteicas, con énfasis en la titonia, que les ha dado los mejores dividendos.

Idelfonso Chávez Oramas, directivo de la unidad empresarial de base ganadera en Chambas, asegura que no imaginó el efecto positivo que ya tienen en práctica.

“Aquí cortamos la planta, la trituramos, luego hacemos una mezcla con sal, fosfato y miel. Como resultado obtenemos un pienso criollo, que al dárselo a las reses incrementan el promedio diario de litros por animal hasta la cifra de 5,6, cuando antes solo llegaban a tres o cuatro litros.”

manos con piensoPienso logrado a partir de la planta titonia

El progreso incluye, además, un incremento del peso promedio por animal, que asciende a 402 kilogramos, según Osmany Mustelier Gaínza, director de la entidad, quien aseguró que este año tienen posibilidades de entregar a la industria 4 650 000 litros. De hecho, ya cuentan con 200 000 litros por encima del plan.

Punta Alegre y sus alternativas de producción

Si en tiempos de menos complicaciones el traslado de productos del agro era una odisea para Punta Alegre y Máximo Gómez, ahora ¿qué decir? ¿Quedarán totalmente desabastecidos? Evidentemente no. Pero existen variantes que requieren un mayor vigor.

La agricultura urbana mucho puede aportar en ese acápite, y la prueba está en Ramón Pérez Borroto, encargado de uno de los dos huertos intensivos en proceso de rescate en la zona del antiguo central.

En un área de ocho cordeles este hombre de campo ha puesto lo mejor de sí con tal de ofertarle a su pueblo opciones alimentarias mediante el cultivo de cebollas, ajo, lechuga, tomate, col y pepino, entre otros alimentos.

“Lo que hago aquí me da para vivir”, señala el labriego mientras enseña a los visitantes un melón de buen tamaño, fruto de una cosecha que le ha dado dividendos aceptables por estos días.

Sin embargo, para que sus cosechas ganen en sistematicidad urgen sugerencias transmitidas por Carlos Garrido Pérez, entre ellas, darle cultura al lugar, mejorar la cerca perimetral con el empleo de postes de moringa y potenciar la producción de materia orgánica a partir de la lombricultura.

Aunque no con la frecuencia esperada, mayo trae consigo las lluvias imprescindibles para la agricultura, que tiene en Chambas un territorio vital en la obtención de alimentos. No estamos en tiempos de bonanza, por lo que a todos nos compete hacer cuanto sea posible para sacarle comida a la tierra.

La faena no es solo de los campesinos y los productores estatales, sino de todo el que pueda aprovechar una semilla, un espacio, en fin, cuanta acción positiva esté a nuestro alcance. El alimento no cae del cielo, sino de lo que se haga con las manos y las mejores ideas.