La determinación de consolidar en áreas del municipio de Ciro Redondo el mayor potencial posible de riego, para beneficio de plantaciones cañeras, continúa cobrando cuerpo, como soporte objetivo para elevar los rendimientos agrícolas, asegurar volúmenes superiores de materia prima hacia la industria y responder mejor con el bagazo que demande la bioeléctrica en construcción.
El programa, iniciado en 2016, debe elevar de 32 a más de 160 la cantidad de sistemas de riego en 18 de las 19 unidades que cosechan la gramínea, según detalla Yudiasqui Espinosa Hera, jefe del grupo de caña de la Unidad Empresarial de Base Atención a Productores Agropecuarios en el municipio.
El funcionamiento de esa moderna tecnología se considera vital en función de resultados productivos que le permitan al central Ciro Redondo moler durante unos 180 días al 85 por ciento de su capacidad, explica Jorge Félix Martín Iglesias, director de Inversiones en la Empresa Azucarera Ciego de Ávila.
No por casualidad, la máxima dirección del país le ofrece seguimiento al avance de esos proyectos, tal y como lo confirmó, hace apenas unas horas, la visita de José Ramón Machado Ventura, Segundo Secretario del Comité Central del Partido.
Se sabe, sin embargo, que la falta de materia prima ha sido uno de los problemas que ha perjudicado a la provincia, sobre todo en las más recientes contiendas.
Con suficiente agua en el manto freático, las plantaciones beneficiadas por esos nuevos sistemas de riego podrían elevar a no menos de 80 toneladas por hectárea rendimientos que hoy rondan las 50, con proporciones mucho más bajas en campos de secano.
Por eso no extraña que los registros inscriban demoliciones del orden de las 1 600 hectáreas (ha), por razones de bajo rendimiento, fundamentalmente.
Llama la atención, a la vez, que frente a tal realidad y a la urgencia de que esa tecnología instalada se revierta rápidamente en efectos y resultados, ocho de los 24 sistemas montados permanezcan sin valor de uso todavía, por falta de servicio eléctrico, aun cuando, según afirman directivos del sector azucarero, ese asunto figuraba en contrato y plan.
De acuerdo con declaraciones de Jaime Quirós Crespo, especialista principal en construcción de líneas de la Empresa Eléctrica en Ciego de Ávila, “en estos momentos no hay respuesta de recursos para ese problema, aunque la voluntad es dejarlo resuelto antes de que finalice el año”.
Lo cierto es que, si todo se comporta del modo a que hoy se aspira, para finales del presente calendario la bioeléctrica debe estar realizando pruebas de generación. El bagazo de caña, como se sabe, es determinante no solo para una arrancada que, en su defecto, podría tener como “bateadora emergente” coyuntural a la biomasa de marabú, cortada por máquinas que forman parte de ese proyecto integral, y que ha sido trasladada hacia el perímetro de la mencionada industria generadora.
Pero ese calmante circunstancial no puede devenir terapia permanente. Solo con mucha caña y moliendo bien habrá suficiente bagazo. De ahí la apremiante necesidad de montar sistemas de riego, incorporar áreas, elevar rendimientos, cosechar a tiempo y ponerle al central toda la materia prima posible.
Téngase en cuenta que, según estadísticas, el fondo de tierra para abastecer al Ciro Redondo (22 819 ha) debe inscribir un ascenso en su superficie bajo riego: de un 18 por ciento (ahora al 65) para el año 2024, cuando sobre esas tierras actúen unas 70 máquinas de riego, alrededor de medio centenar de sistemas de goteos y una cantidad similar de enrolladores…, dado el caso de que, conforme a lo previsto, sean montados en tiempo, asegurados multilateralmente y explotados con eficiencia.