Gramática de la EPASE en Ciego de Ávila

A la Empresa Provincial de Abastecimiento y Servicios a la Educación (EPASE), como a la gramática española, la componen sujetos, verbos, complementos, sustantivos. Allí, dejaron a un lado el pretérito para escribir la historia en presente.

Al pasado recurre la técnico en gestión comercial Maydelín Rodríguez Sánchez, cuando recuerda las muchas veces en que veía una patrulla de policías a la entrada del trabajo. Habla en pretérito para que se entienda mejor que hace cuatro años eso no sucede; han cambiado un par de cosas, muchas cosas. Conjuga tan bien las palabras para aclarar que en la Empresa Provincial de Abastecimiento y Servicios a la Educación (EPASE), de Ciego de Ávila, el término “robar” no se usa más.

Fue un Licenciado en Matemática y Máster en Ciencias de la Educación quien comenzó a hablar de pronombres posesivos en la entidad y la gente entendió que lo que pertenece a todos también es responsabilidad mía, tuya, nuestra. Así le nació un “nosotros” a la EPASE gracias a él, razón por la cual Maydelín no se haya en un centro diferente al suyo.

Para hablar de la Empresa, Michel Pérez de la Cruz, subdirector de Producción, prefiere hacerlo en oraciones completas, sin tantas pausas en el discurso, porque pocos tienen la fortuna de pertenecer a la mayor ejecutora de mantenimiento constructivo de instalaciones educacionales de la provincia, la misma que aumentó este año a 1 092 pesos el salario promedio de sus hombres y mujeres, cifra cinco veces mayor a la de períodos anteriores.

Por eso, las 83 personas distribuidas entre oficinas y labores a pie de obra trabajan sábados y domingos, si es preciso, para cumplir con los planes de producción y de ventas. Según Michel, el número es suficiente: “Fíjese si es así, que en abril debimos recesar por una semana debido a la situación epidemiológica del territorio; sin embargo, las acciones constructivas terminaron bien. Como de esos resultados depende la estimulación económica, el empeño es doble”.

Nosotros

Al otro lado del teléfono, Osmany Vicente Quintana, intendente del municipio de Baraguá, certifica sin saberlo cada una de las palabras de Michel y lo hace con propiedad luego de controlar, por casi dos meses, la ejecución por parte de la EPASE de las seis obras previstas en saludo al Día de la Rebeldía Nacional.

“Ellos llegaron en la segunda quincena de abril y se fueron el 24 de julio. Los baragüenses estamos sorprendidos con la transformación del cine Tuxpan del poblado Gaspar, los dos dormitorios en el centro mixto Ricardo Pérez Alemán, la Dirección Municipal de Deportes, la secundaria básica Mártires de Baraguá, la sala de fisioterapia del nuevo policlínico y el círculo infantil Florecitas Martianas.

Posted by Osmany Costa Reyes on Sunday, July 26, 2020

“La dirección de la Empresa tuvo una presencia casi permanente y eso el pueblo lo reconoció; no obstante, regresarán para enfocarse en el hogar materno, la casa de abuelos y la sede del gobierno. Te aseguro que son unos constructores de primera.”

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Termina la llamada y la periodista nota la repetición de palabras siempre afirmativas, del mismo modo en el que lo hacía, días atrás, Bismark Salazar Varela, director municipal de Educación, cuando confesaba ante Invasor su pensar: “la entidad es una de las mejores del país”.

Algo muy parecido le ha escuchado decir a Wilfredo Alfonso Viamonte, jefe de almacén, a sus similares de otras partes de la Isla. “En una ocasión me comentaron que nosotros teníamos la EPASE más linda de Cuba; y no es porque él esté presente (apunta a su izquierda), pero tenían razón”.

A Wilfredo el orgullo lo levanta en peso, sobre todo por ser el mejor trabajador del área comercial el pasado año, por ver una foto suya bien grande en el espacio donde se realizan los matutinos, al lado de otros buenos hombres y mujeres y por ser quién es tras ocupar las plazas de estibador, primero; distribuidor y almacenero, después.

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La periodista supone la entrega diaria de quienes pasan los días allí con tal de reconocer sus rostros en una instantánea, como reconocimiento moral, pues del material se encarga, entre otras personas, Yoisbel Araujo Aldana, jefe del departamento de transporte y secretario general de una de las secciones sindicales.

“Puedo darle dos ejemplos para que usted comprenda cómo es la atención a nuestros compañeros. Cuando en Ciego de Ávila se detectaron los primeros casos de COVID-19, se hizo la propuesta de gestionar algún plato fuerte para las comidas en las casas de los trabajadores y, hasta hoy, cada viernes se llevan algún alimento para la familia. El otro, está relacionado con la viuda de uno de nuestros colegas, quien aún es atendida por la Empresa porque nuestro interés no es solo el trabajador, también nos preocupan los suyos.”

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Tras la palabra indicando pertenencia hay una pausa. Sucede que, en la atención a quien lo merece se incluye la superación profesional, algo de lo que podrán hablar dentro de unos meses Yoisbel y Michel cuando inicie el curso escolar, ingresen a la Educación Superior para estudiar Licenciatura en Contabilidad y Finanzas y, cual efecto boomerang, sean beneficiarios de su trabajo.

Ellos

Del tiempo pretérito del modo indicativo en el que hablaba Maydelín se concluyen muchas cosas, aunque la más importante sea la capacidad para fiscalizar desde dentro cuanto corresponde por quienes toca.

Allí no hay lugar para improvisaciones, mucho menos si están en juego recursos tangibles para el desarrollo de períodos lectivos. Por eso, la subdirectora económica Arelys Blanco López se muestra satisfecha al hablar del rigor en el control interno de los recursos.

“Tenemos la plaza de auditor vacante, no porque la desestimemos, sino por falta de personal capacitado. La solución salió de nosotros así que, cada tres meses, evaluamos las áreas para detectar y solucionar posibles deficiencias. Cumplido un año, nuestras planificaciones exigen un análisis integral desde la transparencia y eso nos caracteriza.”

Claro, porque en sus almacenes se guarda desde un lápiz hasta los colchones para las escuelas con estudiantes internos, así como otros insumos imprescindibles para la apertura de la Empresa a nuevos contratadores. Con mayor precisión, Wilfredo apunta que “menos comida, aquí guardamos de todo”.

Un resultado proporcional a dicho control es la presencia de la EPASE en nueve de los diez municipios avileños. Solo Primero de Enero queda por sentir en carne propia lo que significa tener a las brigadas en medio de la faena, aunque no demorará mucho, pues pronto llegarán allá para accionar sobre la escuela rural Jesús Ignacio García, de la comunidad Veracruz, la única pendiente con una evaluación constructiva de mal.

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En cuatro años ya suman más de 300 las obras culminadas. La reparación capital de la secundaria básica urbana José Martí, en la cabecera provincial, o el seminternado Paquito González, de la ciudad de Morón son, apenas, dos ejemplos. Pero, si hubiese que elegir solo uno, sería la reparación de las escuelas en el consejo popular costero de Punta Alegre tras el paso del huracán Irma, por representar el primer paso como una entidad constructora. Al menos así piensan unos cuantos.

Desde entonces hasta la fecha, él y ellos ponen al centro por delante de problemas familiares o eventos climatológicos con el propósito de echar a andar “la maquinaria”, de extender el trabajo hacia todo el territorio y gestionar acciones un tanto alejadas del objeto social para ganar en recursos y desahogar la economía doméstica.

Él, Osmany Costa Reyes

Osmany CostaÉl

La tercera persona en este reportaje tiene por nombre Osmany Costa Reyes y se devela en el último epígrafe porque, si de halagos hacia su persona se trata, elige escucharlos de lejos.

Prefiere hablar siempre en presente, pero nada en esta vida se logra sin el antes y el después, y si algo queda bien claro es que desde que Osmany puso sus pies en la Empresa, los criterios a su alrededor son siempre positivos.

“Tiempo atrás, a la EPASE llegaban más de 100 reclamaciones comerciales por parte de las entidades contratadoras y, apenas, en el 2019 recibimos una”, explica el director, “hemos ganado en respeto hacia el área económica, lo que repercute directamente en nuestro prestigio”.

De su concepción como profesional, sí o sí, debe mencionarse su paso por el Instituto Superior Pedagógico Manuel Ascunce Domenech, donde fue técnico de laboratorio de computación, profesor, jefe de departamento, decano de la facultad de Educación Infantil, luego vicerrector de economía y servicios y, en ese período, ya existían los vínculos con la Empresa.

Mas fue el curso de planificación y gestión educativa auspiciado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura UNESCO, en la ciudad de Buenos Aires, una experiencia tan enriquecedora, que le sirvió de base en sus puestos como asesor del viceministro económico de educación, subdirector económico de educación provincial y el que ocupa desde hace cuatro años.

Un hombre como él no está solo, tiene a su lado mucha gente joven retroalimentándolo y con la vista puesta en no fallar. Un hombre siempre verbo al que la gramática se empeñó en ponerle como complemento directo, nunca circunstancial, a un lugar llamado EPASE.