¿Qué estrategias con soluciones propias pueden adoptarse para garantizar el alimento porcino? ¿Cuáles trabas internas aún persisten en el incentivo a la obtención de carne de cerdo en Ciego de Ávila? ¿Cómo minimizar la matriz de piensos importados, ahora restringidos a niveles ínfimos por los efectos de la COVID-19?
Sobre estas y otras interrogantes debatieron productores privados del municipio cabecera y dirigentes de sus bases productivas con Carlos Luis Garrido Pérez, presidente del Consejo de Defensa Provincial, junto a autoridades políticas y gubernamentales del municipio Ciego de Ávila, y directivos de la Empresa Porcina.
• La provincia ya presentaba en 2019 déficit de carne de cerdo
La situación actual la precede una serie de restricciones, pues como señalara Garrido Pérez: “el principal problema es la deuda acumulada de pienso de la Empresa Porcina de la provincia con los productores que asciende a más de 6 800 toneladas (t), de ellas más de 4 000 para la ceba con animales propios y 2 600 destinadas a la preceba”.
Ante un escenario como el anterior, sumado a otros condicionantes negativos, hacen que “el plan de carne de cerdo del presente año tenga un ajuste de más de 4 000 t, lo cual lo dejaría en cifra cercana a las 8 000 t, y aun así será muy tenso llegar a su cumplimiento”, agregó el presidente del Consejo de Defensa Provincial.
• Las tensiones con la carne de cerdo en Ciego de Ávila venían de más atrás en el tiempo. Conozca un reportaje al respecto en diciembre de 2018.
El productor Armando Martínez, en el propósito de sacar del campo el máximo autoabastecimiento, planteó la necesidad de respaldar a las bases productivas con medios como tractores y otros insumos para acometer el laboreo de las tierras.
En respuesta a las preocupaciones de muchos, Yandira Sánchez Fuentes, directora de la Empresa Porcina en la provincia, dijo que el alimento proveniente de residuos de grandes industrias procesadoras será balanceado por la entidad que dirige para la producción de pienso líquido.
Otro de los añejos reclamos de los cebadores del llamado “mamífero nacional” parece transitar por las sendas de su solución, sino total al menos parcial, pues “se pretende que el combustible para el desarrollo de la actividad por los productores privados se balancee por la Empresa Porcina, lo cual se encuentra en consulta con el Ministerio de Economía y Planificación para su inserción a partir de 2021”, dijo Sánchez Fuentes.
Ante el imperativo de garantizar la alimentación de los animales desde lo local, varios propusieron la posibilidad de vincular las producciones del surco de uno o dos campesinos por convenio porcino y así contratar de antemano, porque la libra de puerco en pie ronda los 21,50 pesos, pero el quintal de yuca está a 70 pesos y puede llegar hasta los 100 o 120 pesos.
Leonel Duarte, asociado a la Cooperativa de Créditos y Servicios José Martí, señaló que la actividad porcina requiere de un mayor apoyo de entidades como la Empresa Nacional de Proyectos Agropecuarios (ENPA), InterMar, la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT) y las instituciones bancarias que imponen precios muy altos a los proyectos, servicios e impuestos elevados.
En tal sentido propuso ofrecer beneficios fiscales a los productores porcinos como demorar el pago de impuestos y otras acciones de estímulo, sobre todo en la actualidad cuando los rendimientos son más bajos con respecto a años anteriores.
Dijo que aunque en las circunstancias actuales parezca una locura es necesario exportar carne de cerdo porque así se obtendría financiamiento para el desarrollo de la actividad porcina, siempre sobre la base de un análisis económico integral.
Por su parte, el productor Edelso Gómez, señaló entre las dificultades para afrontar las difíciles circunstancias de garantizar la alimentación animal la no disponibilidad en la provincia de semillas de yuca, boniato ni malanga.
Además comentó que las bases productivas deben tener igual preferencia que las empresas en la adquisición de los diversos suministros, pues la mayoría de las veces se los venden a precios más elevados y las cooperativas caen en terreno donde son “hijas de nadie” porque los recursos vienen con nombres y apellidos.
En cuanto a las solicitudes de tierras por los productores, para dedicarlas a la obtención de alimento animal, Garrido Pérez señaló que no se puede esperar 114 días, hay que acelerar este proceso para quien lo pida.
No obstante al complejo escenario por el que transita la actividad porcina en Ciego de Ávila, los productores expresaron su compromiso con el aporte de carne y la implementación de las alternativas a su alcance.