Ciego de Ávila: discreto pronóstico para el frijol sobre la mesa

A estas alturas del año, ya Diego Morales estaría seguro de los frijoles que tiene sembrados en su finca de Ranchuelo, al norte de Ciego de Ávila. Pero el 2020 supone una serie de retos a duras penas vencidos, que le hacen creerse afortunado aunque la cosecha no le vaya a salir tan bien.

Humberto Ortega González, especialista en granos del departamento de cultivos varios perteneciente a la Delegación Provincial de la Agricultura, no está ajeno a la certeza de más de un agricultor como Diego. Más bien la pone en perspectiva cuando enuncia que de las 6 896 hectáreas (ha) de frijoles planificadas para la campaña de frío, van a lograrse sin problemas un poco más de 2 000.

Las causas no son exclusivas de Ciego de Ávila, sino que involucran la escasez de combustible en septiembre del año pasado, cuando se debía preparar la tierra, las intensas lluvias de esas fechas, y el desabastecimiento de químicos como los fertilizantes, insecticidas y fungicidas.

Odennys Concepción Broche, especialista comercial del Grupo Empresarial de Logística y Materiales de la Agricultura (GELMA) en Ciego de Ávila, explica que el país no cuenta con financiamiento para adquirir en el extranjero los productos químicos necesarios, por lo que se recurrió a medios biológicos elaborados por la empresa LabioFam, liberados en todos los centros comerciales del GELMA, y con características insecticidas, repelentes y fungicidas.

Se puede constatar en el dato brindado por Yojan García Rodas, jefe del departamento de cultivos varios en el Ministerio de la Agricultura: los químicos solo pudieron cubrir el cinco por ciento de las 47 000 ha de granos planificadas en toda Cuba.

La deficiencia obliga, no obstante, a la importación del alimento, puesto que solamente a la canasta básica normada, Cuba destina 70 000 toneladas (t) de frijoles, que superan notablemente las 25 000 previstas a entregar este año, aunque esa demanda en condiciones normales no es cubierta.

En el territorio avileño, hoy permanecen sembradas 2 572 ha de las 4 001 ha sembradas en total desde el inicio de la campaña en septiembre, lo que contrasta con las 5 022 ha dedicadas a estos cultivos en igual etapa de 2019.

Sin embargo, las alternativas no fueron suficientes contra la plaga conocida como Thrips Negro, que actualmente mantiene infestadas 1 800 ha del grano, y, según la literatura, puede llegar a mermar las cosechas en un 30 por ciento.

A principios de este año, desde Pinar del Río se alertaba acerca de la expansión del insecto, que afecta la floración y genera malformaciones en las vainas.

El aumento de las temperaturas en los últimos años, es una causa señalada por expertos cubanos en sanidad vegetal para la aparición de plagas, la madurez precoz y la pérdida de hojas, por lo que aconsejan la reducción del tiempo de la siembra en las zonas más calientes de la Isla.

La cosecha de las cinco variedades fundamentales de frijol colorado y negro que se cultivan en la provincia, de acuerdo con Humberto Ortega, llegará a la mesa de la familia cubana a través del comercio interior, y se destinará también a los hoteles, el autoabastecimiento por parte de los agricultores y la reposición de semillas.

Si se tiene en cuenta el rendimiento normal del frijol común en Ciego de Ávila, la campaña de frío debe aportar 4 000 t del producto, en las que casi la mitad corresponden a los cultivos dañados.

Aun cuando en 2018, la provincia cosechara 6 000 t, el abastecimiento se reconocía insuficiente para el consumo, e Invasor reportaba precios de 10 pesos por libra en el mercado estatal, y hasta 15 fuera de este; cifras cercanas a las actuales.

• Sobre este tema, lea más en Invasor.

A todas estas, la producción de granos, pilar de la seguridad alimentaria tanto en Cuba como en Latinoamérica, se basa en el alto contenido nutricional del alimento, y en la preferencia con que goza en la cultura culinaria cubana, que los hace necesarios en la mesa, aunque no estén en los campos.

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