Aunque el potencial existe, Ciego de Ávila ha estado lejos, en lo que va de año, de cumplir con el Programa de Autoabastecimiento, mediante el cual debían distribuirse, cada mes, 6 000 toneladas de alimentos del agro en los mercados estatales (MAE) del territorio.
Si esas cifras llegaran a lo establecido, cada habitante de la provincia podría adquirir un promedio mensual de 30 libras distribuidas en los MAE, mercados de algunas empresas y cooperativas, y en las tiendas de Comercio, propósito que no ha sido posible, según estadísticas aportadas por Arturo Gómez Ramos, responsable de la Subdelegación Agrícola en predios avileños.
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Recuerda el dirigente que los efectos del huracán Irma se extendieron hasta la primera mitad del año, situación que se complicó por el paso de la tormenta subtropical Alberto, a finales de mayo, con lluvias destructoras de cultivos y semillas, sobre todo, de viandas y hortalizas, cuya recuperación se estima para después del primer trimestre de 2019.
“En octubre, de las 30 libras per cápita, el promedio solo llegó a 11,7 libras, de ellas, 6,3 libras de viandas, de las 15 concebidas; en hortalizas, apenas se llegó a 1,9, cuando lo previsto son 10 libras”, señaló el dirigente, quien hizo énfasis en los daños de las precipitaciones a los cultivos de calabaza, pepino y melón.
No siempre en las placitas se encuentra lo que busca el cliente.Mientras acontecen las carencias, jubilados como Nereida Vingut y Armando Sotolongo no pierden la esperanza de que los mercados que más frecuentan incrementen los surtidos. Esta semana, el plátano vianda fue la pieza clave en sus compras, pero quisieran mayor variedad.
Gómez Ramos asegura que el promedio en las frutas es de tres libras, pero el pasado mes apenas llegaron a la mitad de la cifra señalada: “A pesar de las limitaciones, en lo que resta de año, podemos dar cada mes el per cápita estimado, sobre todo guayaba, fruta bomba y una pequeña parte de cítricos. El plátano desverdizado no se incluye porque 1 000 toneladas de la variedad Gran Enano se destinaron a la elaboración de pulpa para compotas.”
Contratiempos
Aparte de las irregularidades del clima, otros elementos resultan perjudiciales para la comercialización, entre ellos, la existencia de pocos puntos de ventas en las unidades de comercio destinadas para el expendio de productos en las comunidades, a lo que se añaden los problemas del transporte, que no cubre las necesidades.
Esta última situación afecta a la mayoría de las dependencias de Acopio en el país, dotada de camiones marca Hino, para los que no existen piezas de repuesto, neumáticos y otros insumos.
Trabajadores del establecimiento ubicado en el barrio de La Guajira, en la capital avileña, confirmaron que solo tienen en funciones tres carros, insuficientes para la cantidad de mercancías a transportar.
Esas carencias influyeron en la disminución de las entregas a los mercados, según el Subdelegado agrícola: “Estimamos que el pasado mes podíamos dar entre 18 y 20 libras, pero, al no tener en qué trasladarlas, se destinaron 1 524 toneladas a otras provincias.”
La escasez tiene, además, un punto débil en las unidades de la industria azucarera, criticadas con mucha fuerza por Félix Duarte Ortega, miembro del Comité Central y primer secretario del Partido en la provincia, quien, durante un chequeo a los preparativos de la zafra, comprobó que la siembra de alimentos para los trabajadores del sector y sus comunidades está por debajo de lo requerido.
En el orden territorial, es lamentable que municipios como Florencia (5,36), Chambas (9,06), Majagua (9,22), 1ro de Enero (9,35), Morón (9,56) y Ciego de Ávila (10,41), sean los más alejados de las 30 libras por persona, cuando en ellos existen productores y entidades de reconocida tradición. Aparte de fenómenos climáticos, es obvio e imprescindible el control empresarial sobre el destino de las producciones agropecuarias.