A Salud Pública carpintería de aluminio de entidad avileña

Durante estos meses de lucha abierta contra la COVID-19 muchos enclaves de la economía en Ciego de Ávila ofrecen su aporte para vencer la enfermedad, entre ellos, el taller avileño de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Centro de la Empresa de Producción de Aluminio (PROALUM).

Dicho establecimiento suministró la carpintería necesaria para la entrada en funcionamiento del laboratorio de biología molecular ubicado en el Hospital Provincial Roberto Rodríguez, de Morón, donde procesarán pruebas de PCR en tiempo real para la detección del SARS-CoV-2, único de su tipo en el territorio.

Aunque Salud Pública no está entre sus clientes habituales, a pedido del Consejo de Defensa Provincial establecieron contrato de venta de una serie de sus producciones, que también incluyó a policlínicos del municipio cabecera.

Lázaro García Mallo, jefe de Carpintería del taller perteneciente al Grupo Empresarial de la Industria Sidero Mecánica, dijo a Invasor que, en el caso del laboratorio moronense, elaboraron la totalidad de las puertas, ventanas y transfers que se pedían, todos de vidrio y con los requisitos para una instalación de tales características.

La entidad avileña, dedicada fundamentalmente a la fabricación de elementos de carpintería de aluminio, tiene como cliente principal a la Empresa Inmobiliaria Almest y a otros como el Grupo Azucarero Azcuba, la Empresa Cubana de Aeropuertos y Servicios Aeroportuarios S.A. (ECASA) y la Unión Eléctrica.

Explica García Mallo que el colectivo que dirige no solo elabora para obras de esta provincia, sino que las prioridades se establecen a partir de un plan nacional, el cual en el presente año abarca a las plantas hoteleras construidas por Almest en los polos turísticos de los cayos de Villa Clara (Santa María), Jardines del Rey, Cayo Cruz, en Camagüey, y Ramón, de Antilla, en Holguín.

Los efectos de la COVID-19 y su golpe a las finanzas del país para la adquisición de materias primas también se hacen sentir aquí. El directivo comentó que si anteriormente el plantel alcanzaba una productividad mensual de 1 300 a 1 400 metros cuadrados, durante el actual año, ante las limitaciones en el arribo de la palanquilla, accesorios y otros elementos necesarios, el citado indicador económico bajó a alrededor de 720 a 750 metros cuadrados.

“Ante semejante realidad, como estrategia para lograr una compensación entre gastos e ingresos de la empresa trabajamos con el 70 por ciento de la fuerza laboral, un grupo de solo siete u ocho carpinteros activos por quincena (de forma rotativa) y una o dos personas en las oficinas”, agregó García Mallo.

“Ello nos permite mantener niveles de productividad y de ingresos, con el propósito de poder pagarle a los obreros tanto el salario como el destajo y que se sientan estimulados”, detalló el funcionario.

Acerca de la actual situación epidemiológica por la que atraviesa Ciego de Ávila y las garantías laborales que ello implica, Beatriz Torres Díaz, especialista en Recursos Humanos del taller, expone que de una plantilla de 32 personas actualmente trabaja solo la mitad.

“En sus hogares se encuentran tres adultos mayores e igual cantidad de madres con niño, un trabajador vulnerable, dos licencias sin sueldo, al ser progenitoras que se encontraban de licencia de maternidad sin círculo infantil para sus hijos, además de siete trabajadores interruptos cobrando las garantías estipuladas”, señaló.