La Fábrica de Conservas de Frutas y Vegetales Majagua, en Ciego de Ávila, entre las mejores de la Unión Conservera cubana, cuenta con un fuerte movimiento de innovadores capaz de sustituir importaciones de piezas de repuesto y mantener la vitalidad del proceso productivo.
Los destinos de las producciones de esa industria, iniciadora en Cuba, hace unas seis décadas, del procesamiento de la piña, son la población, el consumo social y el mercado en fronteras, de ahí que los trabajadores tengan conciencia de la importancia de mantener apta su tecnología, la mayoría con más de 60 años de explotación.
Al comenzar la zafra del tomate, que acabó en mayo último, el concentrador de la línea moderna, de procedencia China y con dos años de uso, presentó problemas, por lo que los obreros del área de mantenimiento pusieron su intelecto innovador y le dieron solución.
Belkis Pérez Rivera, ingeniera mecánica al frente de ese equipo, precisó que para resolver la dificultad recuperaron, de forma manual y con mucho cuidado porque se parten con facilidad, cuatro espejos de fibra de carbón de esa tecnología que estaban en desuso, e hicieron cuatro anillos.
Todos esos componentes se ajustaron muy bien, lo que facilitó que el concentrador evaporara el agua con más rapidez y agilizara la obtención de pasta de tomate, añadió la especialista, con 30 años en esa labor.
Como para el equipamiento chino no hay piezas de repuesto, los obreros de esa industria avileña se han dado a la tarea de estudiar cada parte que lo compone, de forma tal que se pueda dar respuestas a cualquier inconveniente que aparezca, porque la actividad es continua, explicó Pérez Rivera.
Entre esos trabajos estuvo la adaptación del rotor y estator de una bomba italiana a una china del tanque de recepción de los pulpadores de la fruta del mango con su acoplamiento mediante soldadura, que incluyó, también, el arreglo de la base de la bomba y las conexiones de la tubería del precalentador, detalló la ingeniera.
Esa faena, que se realizó sin cambiar la bomba original, pues el objetivo es que cuando exista la de repuesto se coloque sin dificultad, duró apenas los 15 días que tuvieron para dar mantenimiento a las máquinas después de terminada la zafra del tomate y dejarlas listas para la del mango.
Los arreglos han impedido la paralización de la molida, ya que el llenado del tanque ocurre muy bien y la bomba ha sido capaz de extraer la cantidad de pulpa de mango en el tiempo que se necesita, dijo Pérez Rivera.
El movimiento anirista de Conservas de Frutas y Vegetales Majagua también adaptó una bomba sanitaria de impelente cerrado para impulsar el producto desde los tanques de recepción del concentrador hacia el pasteurizador que mantiene estabilidad en el flujo.
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Además, se mejoró la distribución del mango desde el elevador hasta los conductores de los pulpadores, cuyas correas se dañaban de forma frecuente por la fricción, acción que hacía dispareja la entrega de los frutos a estos dos equipos y provocaba el deterioro de los pedestales y las correas.
La actividad en la fábrica majagüense se intensificó de nuevo en los últimos días, pues luego de terminar la campaña del tomate, en la que se molieron más de 7 000 toneladas, comenzaron la del mango, considerado el segundo más importante de la referida industria y del que el plan es procesar 3 000 toneladas.