El SARS-CoV-2 se “engancha” mejor con los padecimientos que aquejan el sistema inmune, entre ellos el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH). Sin embargo, en Cuba es baja la ocurrencia de esos desencuentros y, particularmente en Ciego de Ávila, todavía no se registran concomitancias con la COVID-19.
En la trayectoria de la pandemia por el país aparecen los casos de una joven de 29 años, de Mayarí, Holguín, que fue reportada de grave el pasado 14 de abril y después tuvo una evolución favorable; y de un fallecido de 73 años, con siete años de vivir con el VIH, notificado al cierre del 25 de abril. Complicados o no por esa patología de base, la idea es evitarse un lugar en partes nacionales.
Francisco Durán, director de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública, alertó en una ocasión que “no es que sean más ni menos susceptibles. Tienen la misma susceptibilidad que otra persona, y si hacen su tratamiento de forma correcta, a la hora de enfrentarse al virus tendrán las mismas posibilidades que alguien sin VIH”.
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Con alrededor de un millar de personas que viven con el Virus de Inmunodeficiencia Humana, en el territorio el riesgo epidemiológico —tanto de un virus como del otro— se mantiene, según el Doctor Axel López Valdés, coordinador de la Red Cubana de Personas con VIH en Ciego de Ávila.
Decir que a esa cifra se sumaron 10 contagiados más, con respecto a igual período del año 2019, demuestra que, con las medidas impuestas por la pandemia, se han obstaculizado las actividades de búsqueda de nuevos casos y promoción de salud.
Por otra parte, si bien se ha priorizado la continuidad de los tratamientos de personas con VIH, en el transcurso del año algunos portadores del virus han debido sustituir sus fármacos, reconoció López Valdés.
“Hubo medicamentos que no entraron y se tuvo que cambiar algunos tratamientos. Desgraciadamente no es lo ideal, pero no puede quedarse una persona con VIH sin tratamiento. Es mejor tener uno que no me gusta, a no tener ninguno”, explicó a Radio Rebelde José Juanes Fiol, especialista de Monitoreo y Evaluación del Programa de ITS-VIH-SIDA en el país.
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En tal sentido, ONUSIDA, en su llamado a minimizar la exposición a la COVID-19, subrayó que 15 millones de personas con el VIH, en el mundo, no tienen acceso a la terapia antirretroviral, lo que complica su sistema inmunológico. En Cuba, el 90 por ciento de los portadores del virus, 28 756 personas, poseen esa medicación continuada.
Por tanto, “las personas que viven con el VIH, sobre todo quienes se encuentren en un estado avanzado de la enfermedad o aún no la tengan muy controlada, deberán ser cautas y prestar atención a las medidas de prevención y las recomendaciones”.
En Cuba, nación que logra desde 2015 la eliminación de la transmisión materno-infantil del VIH y la sífilis, entre los antirretrovirales gratuitos que entrega el Ministerio de Salud Pública a contagiados con el VIH está la kaletra, que se encuentra, además, en el esquema de tratamiento para los enfermos con el SARS-CoV-2. Aunque tampoco se ha confirmado que su empleo reduzca las vulnerabilidades de cara al coronavirus.
Axel López Valdés ofreció algunos (entre muchos) caminos a estudiar en Ciego de Ávila: aumenta el diagnóstico tardío —cuando llegan a hospitales—; incremento en pacientes con 50 y más años, las edades con mayor cifra de contagiados son las que corresponden al grupo etario entre 24 y 45 años; y crece el número de mujeres infectadas, sobre todo por casos relacionados con la bisexualidad, o sea, en los que el virus es traído a la casa.
El notable desabastecimiento de condones en la red de farmacias y otros puntos de venta, levanta no pocas interrogantes entre los avileños, por lo que frenar las Infecciones de Transmisión Sexual implica que el sexo y la prudencia anden juntos, al pie de la letra; necesaria respuesta a un fenómeno que, como la COVID-19, ha llegado hasta el último rincón del mundo.
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