Me puse a hacer una lista y me di cuenta de que no era mía. Leyendo a mis amigos de Facebook me he encontrado un poco yo
Sé que parece ingenuo eso de pedirle al año nuevo todo lo que no te dejó el viejo. Si hoy fuera 28 de diciembre y no 1ro. de enero, siempre nos quedaría la risa cómplice de la inocentada—a saber cómo un terrible hecho bíblico derivó en un día para bromear—. Pero hoy no es 28, ya no es diciembre y tampoco 2021.
Por eso he querido poner en blanco y negro lo que necesito sea 2022. Nótese que no digo aspiraciones, deseos, anhelos, sueños. He escrito “necesito” porque tengo una edad a la que no le caben demasiadas promesas. Le echaré la culpa a la COVID-19 por arrebatarme un poco del romanticismo del fin de año y, en su lugar, dejarme la sensación de que todo debe ser hecho ahora.
Así, me puse a hacer una lista y me di cuenta de que no era mía. Las redes sociales en Internet te dejan saber lo que piensa la gente, lo que quieren, lo que necesitan, y, leyendo a mis amigos de Facebook, me he encontrado un poco yo.
Está Sofía, una chica cienfueguera de espíritu libre, feminista al 120 por ciento, con un mensaje estremecedor: “Deseo que ninguna niña, niño, niñe, mujer, ni ninguna persona, tenga que sentarse en la misma mesa que su abusador y/o maltratador”. Sus palabras nos devuelven una realidad solapada por la festividad de estas fechas, pero tan urgente e impostergable como ese Código de las Familias camino a la consulta popular, al que deberíamos aferrarnos con uñas y dientes para empezar a destejer violencias, oprobios, desafectos y falta de derechos. 2022 tiene que traernos más derechos.
En estas fechas de celebración esperamos que ninguna niña, niño, niñe, mujer, ni ninguna persona tenga que sentarse en...
Posted by Sofía Machín Rodríguez on Monday, December 27, 2021
Leo a Aldring Mirabal, un muchacho con tantas ganas de hacer reír a los demás que podría estar en cualquier otra parte del mundo y, sin embargo, publicó desde aquí algo así: “Na’megando no fue el principio de nuestra batalla, pero sí una lección profesional y de vida estupenda, de la que nos sentimos orgullosos porque nos quedó de ‘pi’. Sin padrinos es más difícil, pero, ¡coño!, se disfruta más. Un abrazo a todos y todas, gracias por seguirnos y que tengan un Feliz Año Nuevo. Se les quiere mucho”. Junto a él pienso en todas las oportunidades engavetadas o repartidas a dedo, obviando el talento, el esfuerzo y las aptitudes. 2022 tiene que traernos más oportunidades.
Paso por el muro de la Casa Comunal de Cultura de Jicotea y están Consuelo (más conocida por La Gallega) y los integrantes del Círculo de Abuelos El Bosque poniéndole años a la vida. Tienen una bocina portátil a la sombra de un flamboyán y se les ve contentos mientras beben un brebaje verde que podría ser licor de menta, té de moringa… o de esperanza. “Nada mejor que las ganas inmensas de vivir”, han dicho y estamos de acuerdo. 2022 tiene que traernos esperanza de vivir.
“El 2021 ha sido un año de prueba para todos, hemos vivido momentos tan difíciles que apreciar lo bueno no ha sido tarea sencilla. Al final hemos sobrevivido, así que a rodearnos de nuestros seres queridos y seamos agradecidos de que estamos aquí, que somos fuertes y que la vida aún nos depara muchas alegrías”. Katya escribe desde el sentimiento y, también, desde la psicología. Sabe que los desafíos no fueron sólo físicos, sino emocionales, y que no será solos como islas que venceremos esta o cualquier pandemia por venir. 2022 tiene que juntarnos en el amor.
Leticia, a quien no conozco, mas he encontrado su post, se ha inventado una suerte de oración y pide, entre otras cosas, que este año “haya en abundancia oxígeno y respiradores, alimentos y medicamentos, con o sin pandemia”. Que no se repitan aquí ni en el resto del mundo las horas de incertidumbre y ese miedo terrible a no poder respirar. Y que la comida sea un derecho más sencillo de ejercer y las medicinas, vacunas, ventiladores mecánicos, análisis de laboratorio, rayos X, Somatón… calmen todas las dolencias, todos los días. 2022 tiene que darnos la posibilidad de llenar los bolsillos y curarnos el dolor.
Está Danis, un todoterreno incansable, que con una postalita de las muchas que abundan en Facebook nos pone a pensar. “Trabaja duro y no andes pidiendo herencias”, insiste él, que conoce a ciencia cierta cómo es labrarse, de a poco y por sí mismo, un nombre, una profesión, una personalidad generosa, unas ganas de sanar a los demás. Anda a pie Danis y camina los trillos con el mismo paso ligero de ir por la calle a trabajar. 2022 tiene que darnos trabajo digno antes que herencias.
Posted by Danis Rodríguez Ceballos on Tuesday, December 28, 2021
Cerrando el año a todo tren llegó mi entrañable Yuliet, que ha hecho de su perfil un remanso de risas y sororidad, mientras su página es un conglomerado de memes picanticos y divertimento. Si alguien podía resumir 12 meses y prepararnos para los próximos es ella. Gocen esto que escribió el 24:
❤Les deseo salud (si no le sienten sabor ni olor a la carne de cerdo vayan pa’l médico urgente y si dan negativos a la Coví entonces es que no era cerdo lo que estaban comiendo).
❤Les deseo amor (recuerden poner a la pareja de turno siempre en la esquinita para si algo falla poder cortarl@ de la foto y usar esta en posteriores zorreos).
❤Les deseo prosperidad (en lo que llega pueden usar la misma ropa hoy y el 31, solo tienen que comer en dos casas distintas, subir fotos de una sola celebración y bloquear en las redes a todos los que estuvieron en la otra). Definitivamente, 2022 tiene que multiplicar a la gente como Yuliet.
Y, por último, está el profesor Calviño, con ese aplomo tan suyo para mirar a la cámara o escribir lo que necesitamos escuchar. “Que la defensa y el enriquecimiento del alma cubana presida nuestras acciones. Que seamos capaces de construir un mañana mejor que el hoy y el ayer, donde quiera que estemos, cualquiera que sea nuestra contribución. Que sea un mañana pletórico de espiritualidad, de comprensión, de buenos sentimientos, y que la vida que construyamos nos permita repetir una y otra vez, desde lo más hondo de nuestra existencia, que vale la pena”. Es todo lo que quiero, 2022.