Lo supieron el día que recogieron el vector fiscal. A partir de este año el pago de la cuota mensual de la actividad que realizan aumentó para varios trabajadores por cuenta propia en Ciego de Ávila, y las incomodidades en algunos casos no se han hecho esperar.
Ya en la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT) en el nivel provincial se han registrado algunas quejas relacionadas con el proceso. Las elevadas cifras que deben abonar en comparación con las anteriores son la causa fundamental de los desacuerdos.
Todo el procedimiento tiene un basamento legal, por supuesto. Solo que las maneras de llevarlo a la práctica podrían repensarse, sobre todo por la información oportuna y el diálogo con los cuentapropistas, actores importantes de la economía nacional.
La Ley 113 del Sistema Tributario regula estos cambios: los Consejos de la Administración Municipal están facultados para aprobar incrementos o reducciones de manera general o en casos específicos, a propuesta de la ONAT en el municipio.
Allí se explica también que todo estará basado en estudios realizados por esa entidad y deben anunciarse a los implicados con no menos de 60 días de antelación a la puesta en marcha. Pero, en esta ocasión ¿se hizo siempre con la efectividad requerida?, ¿es un tiempo prudencial para hacer cálculos, saber si “la cuenta da” y se puede seguir ejerciendo?
Estas modificaciones no son exclusivas de 2020; en períodos precedentes también se han aumentado dichas cuotas. No obstante, en este, al menos en la localidad cabecera, donde Invasor tuvo acceso a la información detallada, son 19 las actividades por las que tienen que pagar más de forma mensual, cantidad superior a la de otras épocas.
Medidas aprobadas en 2019 para el perfeccionamiento en el sector no estatal unificaron oficios y, con esto, se amplió el alcance de algunas actividades. Esto ha traído confusiones y molestias una vez anunciados los nuevos impuestos.
Por ejemplo, lo más común ha sido que los llenadores de fosforeras, agrupados ahora como reparadores de artículos varios, junto a otros empleos, manifiesten su desacuerdo con la patente (de 40.00 pesos ahora asciende a 300.00 en Moneda Nacional) porque, aunque el perfil de la actividad en la que se inscriben es amplio, su función es muy específica, no abarcan todo lo que contempla el perfil.
Con toda lógica, las autoridades de la ONAT en la ciudad capital de la provincia harán revisiones ante los reclamos, según confirma Rolando Molina Alejo, director de esa institución. En medio de estos cambios no se deben perder de vista algunas de sus consecuencias inmediatas.
¿Se ha pensado en cómo los precios pueden subir para lograr ganancias? Probablemente sí esté en la mira de los rectores, mas, ¿son efectivos los mecanismos para controlarlos y evitarlos?
¿No genera esto posibles renuncias a los permisos oficiales y que el ejercicio pase al plano de lo informal, el cual no siempre se detecta de manera eficiente?
Queda claro el aporte de los tributos para respaldar servicios básicos, programas sociales y el incremento salarial en el sector presupuestado. Queda claro que es una obligación cumplir con lo establecido para esta forma de gestión, que la evasión fiscal es un delito y todavía hay quienes hacen pasar “gato por liebre” al subdeclarar, hacer inventos (más de 5 500 incumplidores en toda Cuba durante la Campaña de Declaración Jurada pasada) y burlar lo institucionalizado.
Y también queda claro que no se puede medir a todos con la misma vara, los estudios económicos deben ser rigurosos, alejarse de cualquier premura, escuchar los criterios de todas las partes implicadas, dejando a un lado la comunicación vertical, y no olvidar las ausencias e irregularidades del mercado, a las cuales tampoco escapa el trabajo por cuenta propia.