No solo de pan viven las mipymes

Ahora que los actores económicos privados tienen auge en Ciego de Ávila y Cuba, hay un concepto clave para que se revierta en un país mejor: la responsabilidad social de las marcas

 media lunaAlexey Fajardo LópezCrear trabajos seguros y bien remunerados para las mujeres es también una manera de contribuir a la sociedadNada menos que 24 mipymes privadas y 66 proyectos de desarrollo local tiene la provincia desde los últimos meses de 2021. La buena nueva la daba a Invasor el propio Gobernador hace unos días, porque son parte esencial de las proyecciones de la economía en el territorio.

Y, definitivamente, es un avance con el que hay que estar felices. Son fuentes de empleo, satisfacen necesidades que hasta el momento no estaban cubiertas por el sistema de empresas estatales y los trabajadores por cuenta propia, incluso, pueden mejorar la cultura de los servicios y el buen trato. No son beneficios a desestimar, como su inserción en la Gastronomía, la producción agroindustrial, la vinicultura, la Construcción, el Transporte y la recreación.

Nuevos actores económicos: cinco mipymes en Ciego de Ávila.

Hasta entonces, el sector privado avileño se componía sobre todo de trabajadores por cuenta propia, y el salto que suponen estos nuevos actores hace más evidente una realidad: hay mucho que aprender todavía respecto al adecuado manejo empresarial y las funciones y responsabilidades de los pequeños actores frente a sus públicos.

No me refiero, por supuesto, al conocimiento de la ley. Dudas no me caben de las horas de estudio que cada titular dedicó a impuestos, declaraciones, registro de la marca en la Oficina Cubana de la Propiedad Industrial, constitución de la sociedad de responsabilidad limitada, etcétera.

Nuevas empresas y cooperativas no estatales: ¿qué hay que saber?

Hay otras lagunas, profundas, motivadas por la historia reciente del país, que desde los 60 del pasado siglo no volvió a desarrollar el sector no estatal hasta bien entrados los 90. A nuestras mipymes les cuesta la comunicación organizacional, que va desde la “nimiedad” de escoger un nombre comercial pronunciable hasta ser responsables en los mensajes que emiten en carteles, menús y redes sociales en Internet.

Ya Invasor había analizado cómo se veía el tema desde el reducido universo (ahora metaverso) de Facebook y la provincia no salía bien parada. Malas prácticas, faltas ortográficas, instituciones con perfiles personales en lugar de páginas, retratos y no logotipos en la foto de perfil.

Si eso es lo básico, y a educar a los incipientes empresarios cubanos (y empresarias) que ya se dedican a algunos negocios, incluso en la provincia; hay algo mucho más hondo y vital que no debemos perder tiempo en incorporar: la responsabilidad social empresarial.

Pudiera creerse, y de hecho es referenciado por la ciencia cubana, que en el socialismo está sobreentendido que las empresas todas contribuyen al desarrollo social mediante acciones que, en su momento, hemos calificado como “atención al hombre”, “solidaridad”, “trabajo voluntario”. Le llamamos así cuando en plena pandemia el Proyecto de Desarrollo Local La Ceiba donó al Gobierno Provincial una suma de 30 000.00 CUC; o cuando los transportistas privados ejercieron como ambulancieros.

Pero la responsabilidad social va un poco más allá. No la practica el “paladar” que impone elevados precios a los alimentos, al tiempo que no genera empleos para los vecinos del barrio vulnerable en el que se enclava. Ni la tienda que establece seis días de trabajo a su dependienta con hijos pequeños. No se puede ser responsable y desnaturalizado.

¿De qué se trata? De una actitud positiva y constante, que proteja a los consumidores con un producto ético y con una etiqueta que ofrezca toda su información; de una contribución a la Salud, Seguridad y Bienestar Social; de la tienda de confecciones que usa retazos reciclados o la empresa de cosmética que fomenta que devuelvas las botellas.

#Reciclar ♻️ no es solo una acción, es la preservación del mundo 🌎 y sus recursos 🌳

Posted by Delavida on Saturday, September 25, 2021

Del restaurante que alimenta jubilados todos los lunes, el transportista que rebaja a los estudiantes, o el fotógrafo que va a impartir un círculo de interés a una escuela primaria.

Cuando, más que entenderse, se conciencie que ser humano y responsable no es un sacrificio ni una pérdida de dinero, sino una manera de retribuir y una ventaja competitiva, entonces sí estaremos hablando de desarrollo pleno.