Hay muchos que creen tener la verdad sobre el sitio donde se halla el más grande de los salideros de agua en la ciudad de Ciego de Ávila. Ejercicio redundante, y con razón, pues las fugas por las tuberías pululan desde hace tiempo.
Me parece estar oyendo a los directivos de Acueducto en las reuniones de la Comisión de enfrentamiento a la sequía, hace dos o tres años, citar la cifra de escapes en las redes sobre los 1 000 “identificados, en tanto que no han sido reportados”.
Aunque con más agua en las fuentes, no podemos darnos el lujo de seguir secando, también, el bolsillo común. Y, en consecuencia, sé que, en medio de limitaciones materiales, hay quienes se desvelan tanto por evitar las pérdidas como por elevar la calidad en el abasto de agua.
Recientemente tuve la oportunidad de volver a integrar el grupo que, junto a Inés María Chapman, vicepresidenta de los consejos de Estado y de Ministros, recorrió el territorio para chequear el programa inversionista de rehabilitación hidráulica, lo cual me permitió indagar sobre la prioridad que tendría Ciego de Ávila en cuanto a una reparación profunda de sus sistemas de suministro y drenaje.
Explicó la vicepresidenta que las primeras acciones de envergadura estuvieron dirigidas a las mayores ciudades de la región oriental, las cuales contaban ya con muy deteriorados sistemas hidráulicos. Por fortuna, las labores van concluyendo en algunos de esos centros urbanos y los medios han ido pasando a otros núcleos importantes. “Todo es cuestión de recursos (de dinero) y del modo en que vayamos honrando las deudas.”
Al mismo tiempo, insistía en visitar el tramo de la calle Libertad, entre Máximo Gómez y la Circunvalación Norte, en la ciudad cabecera, donde se llevan a cabo labores de rehabilitación de las redes, cuyos vecinos se quejaron a instancias superiores, y “debo saber si ya les está llegando el agua, y cuál es la calidad de lo que se ejecuta”.
Rehabilitar a profundidad los sistemas de abasto y drenaje del agua en la ciudad de Ciego de Ávila, requiere, en las condiciones de hoy, de unos 100 millones de pesos, imposibles de reunir ahora; de ahí el valor que adquiere asimilar esa forma de gobierno, cara a cara, que va informando y, a su vez, deshaciendo ciertas trabas.
Manera que comienza a mostrar algunos signos al interior de la entidad de Acueducto y Alcantarillado, la cual alcanza a reducir a 205 los salideros existentes en la cabecera provincial; en tanto, una cifra menos alentadora cuantifica que, de los 700 litros por segundo que son bombeados, solo unos 400 llegan a las plumas de los consumidores.
El trabajo de campo de los cobradores del agua, los recorridos de sus funcionarios y las quejas formuladas por la población, permitieron confeccionar un mapa con la ubicación y caracterización de las fugas hidráulicas por barrios. Estas fueron identificadas por categorías, desde la Uno (más leves), que dejaron en blanco; 178, en la Dos; y 127, en la Tres; fallas sobre las cuales trabajarán de forma intensiva a lo largo del mes de febrero, con la intervención de brigadas de todos los municipios de la provincia.
Por igual, destaca la página de Facebook que la entidad creó, bajo el perfil de acuapoblacionciegodeavila, mediante la cual se podrá formular quejas o intercambiar criterios.
Los resultados en grande están por verse, pero se aprecian destellos de ese estilo de trabajo llamado a prender desde esa fuente que está emanando “de arriba”. Una buena organización de la gestión en la base, traducida primero en cifras y proyectos, representa el primer paso para el despegue.