La simplificación debe llegar a los trámites

LaberintoTomada de Bohemia Un amigo que no pierde oportunidades para generar chistes contaba una anécdota familiar. Su esposa le pedía que ampliara la casa porque al tener varios hijos apenas cabían en dos habitaciones.

Más que una petición, el ruego de la mujer era una imperiosa necesidad, pero el aludido sabe muy poco de construcción y esquivaba el asunto, hasta que un día ella lo sorprendió.

La señora le dijo que sus padres le dieron dinero, además, solicitó un crédito bancario y se lo concedieron. Claro, ella sabía que su hombre era reacio a la construcción y le hizo una oferta: “Si tú quieres, yo me encargo de la construcción, pero a ti te tocará hacer los trámites para que todo esté dentro de lo legal.”

Confiesa mi fraterno que su reacción fue instantánea: “¿Trámites yo? No, no, no. Mira, amor, mejor dime de cuántas plantas quieres la nueva casa, que yo me encargo de levantarla.”

Más allá de la chispa del conversador hombre, en su modo de actuar se evidencia un conflicto dañino para los implicados en cualquier acción constructiva.

El exceso de gestiones, las colas para conseguir documentos de los exigidos en cada obra, pérdidas de tiempo en colas que, a veces, implican noches en vela para obtener un turno, matizan los trámites en cualquier provincia del país.

No se descubre el agua tibia con la pequeña secuencia de trabas antes enunciada, pero en ella se sintetiza el seguimiento de un tema requerido de soluciones que faciliten el éxito en las gestiones.

Esta situación se ha tratado con frecuencia en las sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular y en las instancias provinciales y municipales de gobierno, pero, hasta el momento, pocos han sido los avances.

De la reciente visita del Consejo de Ministros a Mayabeque, llamó la atención el paso del presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez por la Unidad de Servicios y Trámites, en el municipio de Güines, local con proyecciones de trabajo destinadas a disminuir el plazo de las gestiones.

Ahora no se trata de imitar, al pie de la letra, lo hecho en aquel territorio, sino de que cada región del país asuma el asunto con visión científica y práctica, de forma tal que las soluciones le ganen la pelea al papeleo y las demoras.

Para bien de Ciego de Ávila, en el sitio digital Portal del Ciudadano Avileño existen secciones dedicadas a explicar los procedimientos a seguir a la hora de efectuar trámites para las construcciones, sin embargo, ello no es suficiente.

Le urge a una institución como Planificación Física asumir estrategias capaces de aligerar las gestiones de quienes requieren de sus servicios. De hecho, en el actual Diplomado de Administración Pública, organizado por la Universidad de Ciego de Ávila Máximo Gómez Báez y la Escuela Provincial del Partido Mártires de Bolivia, se concibió una tesina encaminada a la solución de este problema.

Lo anterior no significa que de golpe y porrazo aparecerá, dentro de poco tiempo, el mágico procedimiento contra estas dificultades, aunque sí constituye un aliciente que difiere de la inoperancia institucional, incapaz de dar respuestas a los enrolados por el burocratismo.

Cuba acaba de darle vida a una nueva Carta Magna, cuyo gran valor radica en su adaptación a lo que hoy acontece, además de estar dotada de preceptos fidelistas que conminan a transformar todo aquello que lo amerite en bien del pueblo. En el caso de los trámites, la esencia está en simplificarlos sin perder un ápice de orden y disciplina.