Desafiando la lógica sin razón suficiente

Dos ejemplos para ilustrar qué pasa cuando nuestras decisiones o actos no responden a ningún principio lógico.

Ciertos sucesos de la vida real nos hacen dudar de los principios de la Lógica, sobre todo de aquel que aportara Wilhelm Leibniz, el de la razón suficiente: “todo objeto debe tener una razón suficiente que lo explique”.

Este principio, que completó los postulados de la lógica aristotélica, da respuesta a una exigencia natural de la razón humana, según la cual nada puede ser nada más "porque sí", pues todo obedece a una razón. Pero cuando digo que ciertos sucesos hacen tambalear hasta al mismísimo y marmóreo Aristóteles, créame.

Caso Uno: Un asiduo lector de nuestro periódico nos escribió contrariado. El pasado 16 de febrero, este moronense, con grado científico de Doctor en Ciencias, comprobó que la empresa Labiofam solo vende el alcohol desinfectante para las manos en porrones, al precio de 1 000.00 pesos. “¡1 000.00 pesos!”, decía con exaltación, “y la sugerencia de los propios expendedores es que se unan varios interesados y repartan el gasto”.

Siendo un hombre al que no le faltan las palabras ni la lógica, llamó a la sede del Gobierno Provincial para plantear su insatisfacción. Según cuenta, del otro lado de la línea telefónica dijeron que ya se había tramitado esa queja. La explicación fue insólita: Labiofam no tiene envases pequeños y no puede vender el producto a granel porque cuando abren un envase, si no se vende todo su contenido, se puede echar a perder.

“¿Cómo? ¿Echarse a perder una formulación desinfectante a base de alcohol? ¿Echarse a perder, con la demanda que tiene? ¿O será más fácil esta solución que tener a alguien despachando con un embudo y una probeta?”, se preguntaba.

A todas luces, aquí la decisión obedeció a un “porque sí” —sin desconocer el sempiterno problema de los envases en nuestro país— y desoyó el llamado de la máxima dirección del país a buscar soluciones, alternativas, a innovar. Aunque, en honor a la verdad, comercializar un producto a granel está en la génesis del comercio y no lleva mucha innovación que digamos.

Es cierto que se trata de alcohol, o de una solución alcohólica, y que su manipulación puede provocar mermas y, por consiguiente, pérdidas económicas. Pero pensemos en los contras de ofrecer solo una opción, por demás, bastante costosa: menos personas accederán a ese producto (indispensable en este momento); se sirve en bandeja de plata la posibilidad de la reventa (los revendedores, no lo dude, sí van a buscar pomos plásticos de menor tamaño, hasta en la basura).

Usted me dirá que ejemplos como este, desgraciadamente, abundan y tal estado de cosas ha sido así desde que tiene memoria. Y concordaremos. Pero guarde la conclusión para el final. Ahora lea este otro.

Caso Dos: Por alguna misteriosa razón, desconocida por esta reportera, nuestros vecinos espirituanos, camagüeyanos, villaclareños, tuneros o granmenses logran comprar en la tienda virtual TuEnvío de Ciego de Ávila, mientras cientos o miles de avileños no alcanzamos, siquiera, a visualizar los combos. Esto ha estado sucediendo sin que lo notáramos o tuviéramos certezas. La primera señal, al menos para mí, vino de la mano de un post en un grupo en las redes sociales en Internet, donde un usuario espirituano organizaba un viaje a Ciego de Ávila para recoger las compras.

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La confirmación, sin embargo, llegó con ribetes oficiales. En su canal de Telegram, la Tienda Virtual de Ciego de Ávila publicó el miércoles 17 de febrero un total de 390 órdenes a punto de vencerse, realizadas por usuarios desde otras provincias. ¿Es legal?, sí. ¿Es lógico?, no.

Hoy el Canal Oficial en Telegram de la tienda virtual #TuEnvio #CiegodeAvila publicó el listado de las compras...

Posted by Frank Fernandez on Wednesday, February 17, 2021

Empezando porque cada provincia tiene una tienda virtual y una cantidad específica de ofertas, de acuerdo con la disponibilidad. En teoría, el sistema está diseñado para atender la demanda por territorios, no para el lleva y trae. Ciertamente, un usuario puede residir en La Habana, digamos, y querer comprarle un combo a su familia aquí. Mas eso no es lo que está pasando; se trata de personas viajando de un territorio a otro, en plena pandemia, ida y vuelta, pues los avileños también compran en Sancti Spíritus y Camagüey.

Se suponía que la tecnología vendría a agilizar y facilitar el acceso a numerosos servicios. No diremos que TuEnvío es un fracaso, pero coincidiremos en que, en poco más de un año de puesta en funcionamiento, ha tenido tantas luces como sombras. ¿Acaso no sería posible limitar el acceso a la plataforma avileña, tomando como indicador el IP del usuario? ¿No se podría restringir los pedidos a partir de la dirección de residencia del cliente? ¿Qué consecuencias sanitarias acarrea la movilidad de estas personas?

Son solo unas preguntas lógicas, la necesidad de una razón suficiente.