COVID-19 e Internet: La fuerza viral de la desinformación

Que si hay “cadáveres que cubren las calles”, presentados como víctimas del coronavirus; que si “escapó de un laboratorio secreto”, o si hay “remedios milagrosos para protegerse”; que si “el virus no resiste el calor y se sugiere consumir bebidas calientes”, o si “hay que mantener la boca y garganta húmedas”…, son algunas de las cuestiones que difunden —y confunden— imágenes y videos recientes compartidos a través de Google, Facebook, YouTube y Twitter.

También cadenas de WhatsApp con datos falsos y rumores generan desconcierto en torno a la COVID-19; en tanto, personas y grupos se hacen eco y enredan más el ya enredado escenario de las redes sociales. Y se suman afirmaciones inciertas sobre gobiernos, celebridades y descontento racial.

Por eso, en un complejo intento por frenar el fenómeno de las noticias falsas (fake news), muchas instituciones y organizaciones comprometidas con la verdad médica, desde un perfil totalmente profesional y ético, se han colocado en el mismo terreno que aquellas y aquellos que propagan estas cosas.

Desmitificando

Posted by Lis Lpc on Thursday, March 19, 2020
 

¿Qué tener en cuenta para no caer en la trampa? ¿Qué están haciendo Google, Facebook y Twitter para frenar la difusión de este tipo de contenido? Los conglomerados han eliminado publicidad engañosa y destacado la información proveniente de organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Y así ocurre. Fui víctima de la suspensión momentánea de Facebook, aunque, en mi caso, no se excluyeron testimonios falsos, bulos, pseudociencia, descontextualización o teorías conspirativas, porque nunca lo fueron. Además, en ese ecosistema continúan circulando noticias que no han sido identificadas o reportadas.

Varios usuarios comentan sobre cancelaciones de post y hasta de cuentas, pues, según las propias redes sociales, están impidiendo la publicación de anuncios que intentan “explotar” la situación, si bien la acción de informar cae en el mismo saco, que es el de “por publicar contenido basura”.

Sin embargo, en una búsqueda realizada por grandes medios del mundo encontré videos, fotografías y publicaciones escritas en cada una de las plataformas de redes sociales que parecen haberse escapado de los filtros o “tapabocas”, por así llamarlo.

Eso sí, se está trabajando para descartar contenidos que pretendan prevenir el coronavirus en lugar de recomendar que busque tratamiento médico.

Bien por los buscadores, pero somos los usuarios quienes, cuando sondeemos datos, debemos ser capaces de reconocer cuáles plataformas ofrecen contenidos fiables provenientes de fuentes autorizadas. Por otro lado, parece inevitable la sobreexposición informativa, la que, incluso, llega a generar desconfianza en la ciencia, en las instituciones y en las narrativas oficiales.

Los cubanos, dentro o fuera del país, debemos asumir un enfoque de tolerancia CERO para la manipulación de plataformas y cualquier otro intento de abuso que busque valerse de esta etapa crítica o no sea responsable con lo que dice o replica.

Nuestra población tiene que guiarse por la información que difunde el Ministerio de Salud Pública (MINSAP), a través de los canales oficiales, donde hay pautas precisas sobre cuáles son las medidas de prevención para evitar el contagio de la enfermedad que nació en China y mantiene en vilo al planeta.

El MINSAP respondió, hace poco, a la circulación de una réplica de los carteles oficiales de información con datos falsos. Una imagen se refirió a 112 casos confirmados en Cuba, cuando eran 67 hasta el momento de la fake news.

• Para mantenerse informado sobre la COVID-19 en Cuba visite el sitio oficial de gobierno del Ministerio de Salud Pública en Cuba 

La desinformación se apodera de las vulnerabilidades de un mundo conectado física y comunicativamente. No hay vacuna informativa capaz de superar la fuerza viral de la incertidumbre en una esfera pública digital donde, según estudio realizado en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, las noticias falsas tienen un 70 por ciento más de probabilidades de ser retuiteadas que las verdaderas.

La cuestión no es leer demasiado, sino lo necesario para sentirse preparado, pues hay tanta información errónea sobre el virus, que la OMS ha señalado que se enfrenta a una “infodemia” como si fuera poco el susto más allá de la red de redes.

Esto es tan fuerte que su autor, el híbrido de médico epidemiólogo aficionado con Nostradamus, lo borró, pero creo debe...

Posted by Iroel Sanchez on Thursday, March 19, 2020