Grietas en el lienzo

Las artes visuales en Ciego de Ávila desde hace rato se mueven sobre la fina línea de la resistencia. Algunos desistieron de los salones, otros exhiben fuera del terruño y muchos asumieron las ventas al turismo como tabla de salvación. Nos preocupan los que no han encontrado su sitio

Hay un camino zigzagueante por el que han transitado el arte y los artistas en la provincia en los últimos años: más éxodo, menos participación en los salones, estéticas comerciales, trabas para vender, apatía y, a veces, momentos de luz que reconfortan y equilibran.

Hay, también, un presagio que se cierne como maleficio, “vivir del arte es casi imposible”, más en esta isla donde lienzo, acrílico y pinceles, por decir lo básico, pueden parecer un lujo. Por aquí, si se quiere, se enfila el debate; ¿cómo ser consecuentes con su obra?, ¿cómo equilibrar lo comercial y lo imperecedero? y ¿cuál es el papel de las instituciones? son preguntas, todavía, suspendidas en el aire.

Arte vs. Resistencia

El Registro del Creador está integrado en Ciego de Ávila por alrededor de 380 artistas y es indispensable estar inscrito para pensar, luego, en la comercialización con el Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC). Se supone que del asesoramiento metodológico y el acompañamiento se encargue el Consejo Provincial de las Artes Plásticas (CPAP), funciones que, paradójicamente, no vienen acompañadas de un impulso monetario.

Poco más de un millón de pesos, asignados desde la Unidad Presupuestada de Apoyo a la Actividad Cultural, ha tenido a su alcance en los últimos años, cifra ínfima, incluso, para adquirir obras. Por eso, cuando Bárbaro Toranzo Gordillo, presidente del CPAP, habla de déficit de hilo para realizar los montajes, no nos asombramos; más bien redondeamos algunas de las causas por las cuales llenar dos galerías en la ciudad cabecera, desde hace rato, es deuda. Basta mirar la René Rodríguez subutilizada y la Raúl Martínez, que pasó al amparo del FCBC con el objetivo de ser un centro de negocios, para poner en contexto el dato.

La galería René Rodríguez se reserva para el Salón de Paisajes, del mismo nombre

Las otras causas van desde las dificultades para acceder a las materias primas hasta la desmotivación para exponer en un sitio donde no se vende y en el que, probablemente, la recepción crítica no trascenderá el corte de la cinta.

Kanaima Raña Santos, especialista del CPAP, confirma lo que a estas alturas es una verdad como témpano de hielo: “Hay un decrecimiento en la producción de artes visuales, existe un éxodo considerable de artistas hacia otras provincias y falta motivación entre las nuevas generaciones”.

En los últimos años, también, son menos los avileños que dialogan con el arte y esto deja al descubierto la necesidad de formar públicos. Si sumamos que tampoco existe un circuito fuerte, visitado por galeristas y compradores, es fácil comprender que lograr una obra que trascienda o el compromiso con la institución se postergan.

Algunos creadores han asumido otro enfoque a la hora de poner en valor su trabajo, por ejemplo, Jeosviel Abstengo Chaviano ha entrado al mercado artístico virtual a través de los NFT (Token No Fungible), obras digitales que se compran y venden como cualquier tipo de propiedad, aunque carecen de forma tangible.

Para él, el cambio está ahí, y aunque es cierto que las dinámicas que funcionan para unos no tienen que hacerlo para otros, sentarse a esperar recursos, promoción y materiales es el camino más angosto de todos. Hay que salir a buscarlos.

Luis Enrique Milán Boza prefiere mirar las luces del proceso. Sin desconocer que “generar cultura cuesta y lograr una exposición es caro”, ha asumido la creación como un proceso de siembra y cosecha. “Faltan recursos e iniciativas que colaboren; sin embargo, podemos buscar soluciones ingeniosas para darle salida a una pieza”, añadió. Su criterio se sostiene por sí mismo, luego de los resultados alcanzados en la gestión del Taller de Cerámica del FCBC, donde ni las materias primas ni la tecnología están en estado ideal.

Sucede que el déficit, a veces, ha sido la excusa más cómoda para no crear, pero no podemos quitarle la razón a quienes hablan de carencias que lastran y de que solo puede accederse a materiales importando o a través de la tienda especializada Tema, del FCBC. Ninguna de las dos opciones es fácil.

Yuri Limonta, artista y especialista del CPAP, añade más sal a la herida: “Solo buscar el pincel o la cartulina adecuada es terrible, ¿por qué a personas que tienen el financiamiento no se les da la oportunidad de abrir tiendas propias para vender recursos que faciliten la creación?”.

Comercializar, la punta de la madeja

Que un artista comercialice puede ser tan complejo que hay quienes desisten en la arrancada o venden “por la izquierda”. Aunque los avileños no han dejado de hacer, algunos sí han buscado sus ingresos de otros modos, porque vivir del arte, ya lo dijimos, cada día es más difícil.

Más o menos así lo explica Leonides Lazo Bernal, quien pone una nota aún más grave para describir el panorama en los últimos tres años, bajo el influjo de la COVID-19. Ha vendido solo una pieza, gracias a la gestión de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.

“Las opciones de comercialización no llegan a través del FCBC, como debiera ser, sino que el artista busca el trabajo, luego recurre a la entidad por obligación, para poder vender o trabajar”.

fcbcEl FCBC mantiene tiendas en la ciudad cabecera con un mínimo de ofertas

Entre las modalidades de comercialización asumidas están la venta en vivo en tiendas y puntos de la cayería norte, la venta mayorista de mercancía utilitaria y servicios a las empresas, las entregas en consignación, las obras por encargo y las ventas en línea.

En este entramado, según la experiencia de Ana María Velázquez Méndez, especialista comercial del centro, los trabajos por encargo para la ambientación de hoteles y espacios en empresas e instituciones es lo más rentable y demandado, seguido de la venta minorista de artesanía y artes visuales en el polo turístico.

Sin embargo, lo más demandado ha sido, también, lo más polémico, y ahí está el hotel Rueda, con pinceladas avileñas en su ambientación, como testigo de las inconformidades que rondan al gremio, cuando se trata de definir quién asumirá proyectos de envergadura. Las otras han sido igual de insolubles y datan del año 2021, cuando comenzó a crecer un impago, que asciende hoy a 6660.00 MLC, con quienes venden en el polo turístico.

Al reordenamiento económico del país, el cual introdujo en la ecuación las tarjetas magnéticas y acortó las ganancias, al dejar de circular la divisa de manera directa del turista a los artesanos y artistas, se sumó la inestabilidad del personal en los diferentes departamentos de la entidad, a tal punto que fue necesario recapitular las ventas de todo el año y hacerlas concordar con lo existente en un sistema electrónico.

Para Yaneiky Barrera Guardarrama, directora de la filial avileña del FCBC, el peor escenario sería no tener liquidez para condonar los pagos, pero el dinero está y antes del 30 de junio debe ejecutarse.

De cualquier modo, el ciclo creación, venta y reaprovisionamiento de materias primas se rompió. Hugo Ramírez llevó su queja hasta el Ministerio de Cultura, suponemos que fue escuchado.

A la larga, la incorporación de una visión cada vez más empresarial a los procesos que lidera el FCBC, con un punto de inflexión importante con las nuevas disposiciones que le permiten ofrecer servicios de importación y exportación a cualquier forma de gestión económica existente en el país, así como comercializar con ellas, pudiera atentar contra la funcionalidad artística.

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Cuando el rumor de que comercializaría carbón vegetal saltó a la palestra pública, hubo caras largas y una pregunta gravitando: ¿una visión economicista de su gestión terminaría por relegar la individualidad del artista y su obra?

De hecho, hoy su capacidad de liquidez, o sea, el ingreso de moneda dura, no sucede a partir de un producto artístico per se, sino con un encadenamiento productivo con Cítricos Ceballos, donde el artista Pedro Luis Morel Mena aporta cajas de madera bing para la exportación.

Mientras el CPAP estrecha horizontes, el FCBC los abre y se da, casi, una negación de sentidos. No obstante, Toranzo Gordillo se muestra optimista con la posibilidad de pagar algún monto por exponer a los artistas, indagando en las resoluciones 5/2022 y 70/2021 del Ministerio de Cultura.

Las artes visuales en Ciego de Ávila necesitan sacudirse perezas y despejar incógnitas, porque lo que no se haga hoy hipoteca el futuro, y ya sabemos el precio que se paga cuando las galerías cierran y los artistas declinan.