En Cuba, de acuerdo con las concepciones que signaron el tipo de trabajo y estructura del Ministerio de Cultura en la atención a las artes plásticas, se concibió el tratamiento que recibiría esta manifestación, teniendo presente los momentos inherentes a su existencia (creación, promoción, difusión y comercialización).
Por ello, el Consejo Provincial de las Artes Plásticas (CPAP) se subordina al Consejo Nacional de las Artes Plásticas y, para que su proyección estratégica progrese, debe encaminarse a solucionar problemáticas, a través de políticas dirigidas a priorizar la atención a las personalidades artísticas sobresalientes de las artes visuales, la difusión de su obra en los medios de comunicación y a ampliar las posibilidades de adquisición de bienes culturales por la población, manteniendo e incrementando la oferta de estos productos al sector turístico.
Es decir, este consejo tiene entre sus funciones trazar las estrategias y las políticas a seguir en el territorio para impulsar la actividad artístico-visual, intervenir en la estrategia comercial, que bajo premisas culturales se dirige a ser una fuente de empleo real para las creaciones, satisfacer necesidades sociales y turísticas, establecer un sistema promocional, proteger la experimentación y mantener vínculos estables de trabajo con la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), la Asociación Hermanos Saíz (AHS) y la Asociación Cubana de Artesanos Artistas (ACAA).
Pero todo eso se torna complicado en la práctica pues el éxito del proceso radica en el funcionamiento a cabalidad de todas las partes. Ahora bien, lo antes planteado es solo el comienzo del proceso cultural en el que se verá involucrado el artista.
Con esto quiero decir que a dicho sistema institucional corresponde entonces estudiar el desarrollo de las manifestaciones de las artes plásticas y las tendencias en el arte cubano actual, con el propósito, entre otros, de intervenir, potenciar y promover aquellos que lo necesiten. El CPAP es una entidad metodológica, cuyo empeño debe ser unir las secciones de artes plásticas.
El Registro del Creador, desde el siglo pasado hasta la actualidad, muestra un notorio crecimiento resultante de las horneadas de graduados de las enseñanzas artísticas. Una vez registrados, los artistas no solo se incorporan oficialmente a la vida cultural avileña, sino que se respaldan legalmente para el proceso de comercialización tanto para el mercado nacional como foráneo, a través de los mecanismos del Fondo Cubano de Bienes Culturales en diversos escenarios, no únicamente turísticos.
Actualmente, el CPAP está presidido por el Lic. Bárbaro Toranzo Gordillo y los propósitos del trabajo, también, intentan dar cumplimiento al Programa de Desarrollo Cultural. Para lograrlo se programan exposiciones mensuales, así como eventos, espacios, actividades, y extensiones, en las cuales tienen protagonismo el artista y su obra.
Se realizan exposiciones personales y colectivas no solo de creadores avileños, sino de otros de diferentes provincias y naciones. En relación a esto último, destaca Noviembre fotográfico, un evento internacional de fotografía cuya sede es Camagüey, extendida a la Galería de Arte, en la ciudad de Ciego de Ávila.
Los Salones son espacios importantísimos para la confluencia de diferentes generaciones y estilos, tales como: el Salón Provincial, donde aparecen diversas tendencias, escuelas y lenguajes artísticos, y el Salón Regional de Paisaje René Rodríguez, en el que se reconoce la fortaleza del género aquí. Durante el verano la infancia disfruta en la exposición colectiva Motivos infantiles, a cargo de los miembros de la Asociación de Artesanos Artistas.
Los sábados espacios de la Galería de Arte y en el bulevar avileño se convierten en escenarios para el desarrollo de Sueños, taller de creación plástica, asistido por el retratista Plinio Sánchez Rodríguez, quien reverencia con su constancia el género.
Plinio ha sido formador de distintas generaciones de artistas, entre las cuales, un significativo grupo en la actualidad se registra como artista. Esta modalidad formativa enseña la técnica del dibujo, tanto a la infancia como a la juventud; incluso, algunos adultos en ocasiones se incorporan a la dinámica, porque se empeñan en saber cómo darle sentido a la línea.
Esta oferta cultural hace extensiones a centros educacionales y laborales. A dicho encuentro se le incorporó un Taller de Apreciación de las Artes Visuales, donde los asistentes tienen la posibilidad de apreciar y disfrutar la obra de arte, o sea, aprenden a ejercer la crítica. Además, se goza de un esmerado recorrido por la exposición, todos manifiestan sus emociones sin inhibiciones porque el diálogo abierto y desprejuiciado ya resulta familiar. Algunos actúan cual espectadores críticos.
Las exposiciones siempre atraen público interesado en el arte
Y dice una mariposa... es un espacio fijo en el que se atienden jóvenes de las escuelas Pablo Elvio Pérez Cabrera y Pedro Valdivia, entre otros centros escolares motivados por los contenidos de la actividad, para presentarles la exposición del mes a través de una visita dirigida y cuestiones técnicas del montaje. En dicha actividad se incorpora lo praxiológico; se expone el humanismo y amor a la patria desde la voz martiana.
Otro sueño hecho realidad es el empoderamiento de un grupo de talentosas y laboriosas mujeres, “paridoras” del proyecto Manos Mágicas, el cual propicia múltiples talleres para el aprendizaje de puntos y exquisiteces provenientes de la manualidad, impartidos en la sede del Consejo.
• El proyecto Manos Mágicas ha sido premiado a nivel nacional
Cuando arreció la pandemia se adoptaron las medidas higiénico-sanitarias y de distanciamiento social, por ello, se recurrió a las exposiciones en línea, modalidad utilizada todavía. A pesar de la angustiosa situación vivida, se lograron las exposiciones programadas, y la promoción del artista y su obra en las redes sociales. Avil@rte y el Boletín del Consejo mantuvieron su ritmo informativo, acompañado del atractivo diseño del talentoso artista Abdiel Travieso.
Cuando se añora progreso, se atiende la investigación, pues es reveladora, precisa y, sobre todo, es la base del desarrollo; repetirlo y no materializarlo, aplica en demagogia. Entonces, siempre es oportuna la indagación para avanzar.
En la provincia, aunque existen resultados científicos sobre la formación de públicos desde las instituciones culturales comunitarias, no han sido aplicados a cabalidad, lo cual es apreciable en las deficiencias que aún nos intoxican o perturban el proceso cultural; el Consejo no escapa de esa limitación y urge superarla. Socializar los logros en la investigación es vital, pues es la razón de ser del investigador cultural.
Es cierto, la diversidad de los públicos y, con ello, el gusto estético, está mejor orientado, pero en honor a la verdad, hemos hecho mayores esfuerzos para encauzar mejor los procesos de promoción y comercialización de la obra artística, por lo que deben desarrollarse las competencias requeridas que permitan cumplir con su encargo social.
Un problema relacionado tanto con las acciones de promoción como con la inserción de los creadores locales en redes de la provincia y el país, es la carencia de un sistema de galerías en los municipios del territorio, excepto Morón. Esto atenta contra una adecuada protección y exhibición del arte en otros lugares donde la Revolución también triunfó.
Por tanto, las acciones promocionales realizadas por los diferentes medios existentes resultan insuficientes y los recursos humanos encargados de estas actividades carecen de la adecuada preparación para asumirlas o enfrentarlas. Es imprescindible la creación de espacios que posibiliten el enriquecimiento del diálogo y la reflexión entre los artistas, entre ellos y nosotros, también con los decisores, y viceversa.
No estamos hablando de extremos: ni el anquilosado triunfalismo ni el pesimismo. Exhibimos notorios resultados en la comunicación en línea, pero carecemos del contacto entre los humanos amantes de las artes plásticas, incluso entre los “profesionales del área”. Falta mucho por hacer todavía.
Si bien la creación se ha visto afectada en este período en correspondencia con las necesidades que tiene el artista de crear y las tendencias del arte contemporáneo, también el trabajo institucional de las artes visuales presenta insuficiencias.
Se trata de la necesaria activación de las estructuras de nuestra centralizada y democrática política cultural. Nosotros, los promotores, somos el vínculo entre los artistas y la población, los gestores de la actividad cultural. El arte requiere de la emoción y al proceso cultural debemos concederle la importancia que tiene; somos seres humanos, no máquinas. El burocratismo heredado desde la colonia nos atrasa.
El CPAP nunca debe ser “un Consejo que no se deja aconsejar” y, sobre los bostezos de la vagancia, la laboriosidad debe erigirse. Artistas, decisores y promotores estamos para gestar espacios agradables a la población. Para ayudar al crecimiento del ser humano debemos evolucionar al público de las artes plásticas. Somos de aquí y nosotros también somos pueblo. Como termina una obra literaria, “es menester cultivar nuestra huerta”.