El oro no cae del cielo

Usted puede encontrar decenas de explicaciones técnicas que hacen posibles tan buenos resultados. Puede, incluso, afirmar que es consecuencia de una tradición que data del otro siglo.

O decir la obviedad, como escuché antes del Campeonato Nacional de mayores, que “son buenos porque son buenos”. Y ya. Todo queda así de simple.

Pero los resultados del hockey sobre césped en Ciego de Ávila no pueden verse con el prisma de que “son porque son”. Porque en ese escueto calificativo pueden esconderse también los deportes que no logran nada, porque ellos también “son pésimos, porque son pésimos”. Es decir, condenados a no ser.

En esos, y otros detalles, medité cuando este sábado supe de las medallas de oro que consiguieron las escuadras avileñas en la lid escolar del presente año, por lo que suman ya cuatro tronos en igual número de oportunidades.

Allá los que crean que todos esos títulos son consecuencia de la lógica. Allá los que no sepan cuanto sol tuvieron que soportar los atletas de estos equipos en los entrenamientos. Allá los que crean que todo fue color de rosa para los entrenadores durante las intensas jornadas de preparación. Allá los que crean que el oro cae del cielo.

Y sé que se me escaparán nombres, pero no puedo dejar de mencionar a los técnicos Yuniel Villanueva, Yoel Gómez, Yoelvis Ramírez, Dannier Acosta, Yoeldelys Mosquera, Heriberto Sarduy y Eliberto Serapio Sarduy.

 equipo hockey

Sería, también, una injusticia mayúscula no reconocer lo que significa tener un comisionado de la disciplina como Ángel Manuel Marín, quien un día me dijo que “hay que amar lo que se hace”. Es evidente que él lo cumple con su hockey.

Cuando la odisea de la construcción de la pista sintética de hockey, Invasor, una y otra vez, recordaba que los atletas, entrenadores y directivos de deporte merecían ser recompensados con una instalación de estas características. ¿Ya ven que teníamos razón?