El talento y el entusiasmo de Embers

La banda es una suerte de coctel que mezcla integrantes de más experiencia con otros noveles

EmbersCortesía de los entrevistados“Somos como una familia, disfrutamos mucho”, concuerdan. Christian no recuerda qué día tomó en sus manos una guitarra por primera vez. Solo sabe que fue de una vez y para siempre. “Yo llegué a la música a través del hip hop. Lo primero que hacía era escribir canciones o poesías, con rima. Pero luego conocí la trova y fui consumiendo una música de más recursos. Empecé a escuchar otras cosas y a hacerme de muchas influencias”.

Y fue con la guitarra que entró a Embers, el grupo musical joven que “más suena” en los estados de WhatsApp y las redes que comparten los muchachos en Morón. Hasta la cayería norte han llegado y allá, en los hoteles, son los adultos quienes más bailan y cantan con ellos. Ya veremos por qué.

Christian Pérez Martínez es un muchacho flaco, de pelo largo y rasgos faciales lindos, andróginos. Anda por la calle, siempre, con audífonos y en cualquier momento se pone a cantar. Si alguien ve a Embers fuera de su espacio de confort en el centro cultural El Moronero Ausente, solo reconocerán a la agrupación por su voz líder. Dirán, “el grupo en el que canta el muchacho del pelo largo. ¡Qué buenos son!”.

La banda es una suerte de coctel donde coinciden Jahzeel Jiménez (tecladista y guitarrista acompañante) y Roldán Rojas (bajista), que, con Alberto Vergara (baterista y director), venían de un proyecto anterior, Luz Vitae, con el cual alcanzaron la madurez para fundar juntos Embers, y sumar nuevas fuerzas, como Christian y Jimmy Marín.

Christian no llegó como cantante, aunque estaba escrito en su destino. “Le tocaba”, apuntarían los supersticiosos. Su función era la de guitarrista acompañante y corista. “Pero pasó que antes del primer concierto yo me sabía todas las canciones y el vocalista no, así que canté, gustó, el grupo se sintió cómodo conmigo y así quedamos. Ahora, raras veces toco la guitarra en los conciertos, porque yo en el escenario soy muy inquieto, me gusta moverme mucho y siento que la guitarra me frena un poco”.

De Alberto, el director, ya dijimos una vez que es de poquísimas palabras, pero la buena marcha del grupo es muestra de que, como todos, él está feliz de esa “unión”.

“Los géneros más abordados por nosotros son el rock and roll de los años 60 y 70, reggae y balada, aunque estamos añadiendo géneros mas modernos también”, explica Jahzeel. Christian añade que son, por ahora, una banda de covers —versiones de otras canciones―, pero no pretenden quedarse así. “Casi todos escribimos, componemos, así que hacer música propia es un proyecto a futuro”.

Y tal es la sinergia entre ellos, la comodidad vista al salir al escenario que sus sueños se parecen. Si preguntamos por referentes e influencias, casi todos mencionan a The Beatles, The Rolling Stones y luego se mueven a lo contemporáneo con Jhon Mayer, Ed Sheeran, Keith Urban y Harry Styles.

Los marca el haber aprendido fuera de las escuelas, con la mentoría de músicos de experiencia, compartiendo con amigos del mismo círculo, escuchando mucho, siempre.

Christian empezó a cantar imitando a Harry Styles y grabando su voz en el teléfono. Roldán comenzó con la guitarra y un día dijo “quiero que esto sea mi trabajo y mi mundo”. Jahzeel aprendió el piano en casa…

Los caminos de todos se parecen y se cruzan en 2022, con Embers. Para ellos, significa, sí, hacer lo que les gusta, y sí, compartir con amigos. Pero lo toman con la mayor seriedad posible antes de enfrentarse al público, lo mismo en la ciudad de Morón que en los hoteles de Jardines del Rey.

Poco a poco conquistan más escenarios y ganan ellos, el público y la vida cultural de la provincia. Porque el arte joven siempre, siempre, siempre suma.