Crónica al primer día de voto

Levantarse, llegar en la madrugada a ocupar su puesto de trabajo, relevar a su compañero, brindar información oportuna y velar el paso de las horas con rectitud, sería lo habitual para los miembros del personal de Seguridad y Protección del Hospital General Docente Doctor Antonio Luaces Iraola, pero hoy no es un día normal.

Lo saben los pasillos, testigos de un ajetreo inusual para un domingo en la mañana, los pacientes que han sido informados de que hasta la sala llegarán con las boletas para que ejerzan su derecho al voto, los acompañantes que, de a poco, han llegado a las urnas, y lo sabe, también, Reinaldo Zulueta, quien dejó su silla con la última y primera intención de poner una cruz sobre el papel en blanco por primera vez.

“Creo que este es momento decisivo para Cuba, donde está en juego el futuro, por eso, me siento feliz de estar aquí. Que mi voto sume uno más es una responsabilidad y un orgullo que creo compartimos todos los jóvenes.”

Que su primera vez frente a las urnas coincida con uno de los momentos más importantes vividos por el pueblo cubano en los últimos años, donde no solo se ratifica la Constitución, sino el proyecto social cubano, su alcance y trascendencia, entraña certezas y sentimientos encontrados, que terminan haciéndose patentes sobre la boleta.

Consciente de que la nueva Carta Magna que ratificamos este domingo es un documento actualizado, que recoge las principales aspiraciones de los cubanos y cubanas, el Sí será una respuesta abrumadora.

A las 7: 00 de la noche retornará toda la calma que se le puede atribuir a un hospital, las mesas y cortinas volverán al lugar de siempre, y los pasillos permanecerán callados. Reinaldo irá a su casa, pero con una sensación diferente: hoy, votó por su país.