Sin pista

El título coincide con el de una hilarante comedia británica que desmitifica a la figura de Sherlock Holmes, depositando todo el buen juicio y profesionalidad en el doctor Watson y, aunque no vamos a hablar de películas y mucho menos de comedias, este artículo intenta descifrar como el célebre investigador, el designio final de una queja formulada por Luis Guillermo Arias Bolaños en la carta abierta publicada con anterioridad en este semanario, titulada Una mínima pieza (2 de abril de 2022).

Arias Bolaños, de 67 años, y residente en la cooperativa Héctor Díaz Valdés, de Sanguily, en el municipio de Venezuela, refería en su misiva que hace dos años o más se quejó de la situación que confrontó con las ruinas de lo que fue su vivienda, pues cuando el último ciclón fue a protegerla, y asegurando el techo, la misma se cayó, quedándose sin mucho para su reconstrucción.

El remitente deja clara su total inconformidad con el tratamiento recibido en su territorio por la situación que presenta, y alega que no precisa de una casa regalada, sino que se le conceda un subsidio o crédito para poder construir una donde pueda vivir sin el temor de mojarse, o de que una pared le caiga encima.

Ante el reclamo de Arias Bolaños, responde la Dirección de la Vivienda del municipio de Venezuela, donde plasma que “el caso fue revisado mediante una comisión de trabajo conformada por el ingeniero Eddy Felipe Vázquez Solano, el intendente Rafael Ramírez Acosta y la coordinadora del programa Gisela García Colombié.”

En la réplica agregan que: “El recurrente es jubilado de la Empresa de Frutas Selectas en Ciego de Ávila, cuenta con una chequera de 2362.00, padece del corazón, y ha estado hospitalizado por varios infartos.

“(…) Arias Bolaños se ha presentado en nuestra entidad en varias ocasiones quejándose del mal estado técnico de su vivienda, orientándole que solicitara un subsidio a partir de que abriera la convocatoria.

“En el mes de febrero se persona nuevamente ya culminada la convocatoria por no tener mecanismo de ayuda después de plantear que su vivienda se ha derrumbado.

“Se comprobó que el reclamante se encontraba viviendo en una casita al fondo del patio, los horcones están podridos, cuando le bajaron la cubierta no se le rompió las fibras, todas las persianas de la casa la pusieron como pared ya que las tablas están en malas condiciones.

“También se hizo una búsqueda en el registro de afectaciones del huracán Irma, donde no aparece calificado como derrumbe total, ni aparece en el listado de las personas que quedaron fuera del levantamiento.”

En la misiva de la Dirección de la Vivienda del municipio de Venezuela, se muestra que se realizó un sondeo al caso de Luis Guillermo, donde se acepta que la queja es “con razón”, aunque cita la presente que “en parte” sin más argumentos, y luego al cierre de la misma todo queda “pendiente a solución”.

La realidad es que en la respuesta no se esboza una mínima brecha que muestre cuál será el procedimiento para solucionar la problemática en cuestión, esperemos que las pistas no se engaveten, que se llegue a un procedimiento adecuado y vertiginoso, porque dilatarlo en el tiempo no tiene buena cara.