No tiene nada que ver el título con la polémica canción de la banda cubana Buena Fe. O sí, si nos detenemos en las controversias que surgen de las dos cartas que hoy publica esta sección y la archiconocida composición musical.
Vayamos por partes. La primera misiva la envía Nurys González Mustelier, vecina del Kilómetro 11 y medio, carretera a Ceballos, en la comunidad de Benítez, y se refiere a la “situación crítica que presentamos hace nueve años con el abasto de agua en más de 500 viviendas, en las cuales habitan gran cantidad de niños y ancianos, personas minusválidas y dos en estado terminal (información que posee al ser enfermera allí), (…) debido a un derrumbe total del pozo que da el agua a este asentamiento.
“Esta situación se ha reportado, en todo este tiempo (…), al presidente del Consejo Popular de Ceballos, a los gobiernos municipal y provincial (…), se ventila a través del Delegado. Se les ha prometido a los vecinos mandar comisiones que nunca han llegado a interesarse por el estado alarmante en que viven estas personas (…).
“Estamos reclamando un derecho que nos da la Constitución de la República, que, en sus epígrafes 228 y 229, refleja que todas las personas tienen derecho al agua con la debida retribución y uso racional (…).”
La segunda carta viene remitida por Emma Naranjo, residente en la localidad de Guayacanes, del municipio de Majagua; y en ella manifiesta: “(…) Los vecinos, hace ya mucho tiempo, estamos pidiendo que se escuche esta queja. En este poblado existe una pequeña presa, que ya no presta utilidad alguna, y se ha botado en dos ocasiones y ha sido desastroso el resultado.
“En días atrás, en la Mesa Redonda, la vicepresidenta del Consejo de Estado, para entonces presidenta del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, Inés María Chapman Waugh, expuso que las presas que están hechas de tierra tienen que ser destruidas porque no cumplen objetivo alguno.
“Este pueblo vive horrorizado cada vez que amenaza un ciclón o un mal tiempo porque, siempre, espera lo peor. Ya no sabemos a quién dirigirnos para que nuestra queja se escuche.”
Emma hace una enumeración de las entidades a las que han solicitado auxilio: “Se ha consultado con el presidente del Consejo Popular; se puso en conocimiento del Poder Popular del municipio; se le solicitó que viniera a conversar con nosotros al delegado de Recursos Hidráulicos del territorio majagüense, y no vino; y se procedió, de igual manera, con el de la provincia, que tampoco acudió.
“(…) queremos evitar que suceda ese desastre que acaba con todo, destruyendo casas, muebles, se ahogan los animales, la línea del ferrocarril se vira al revés…”, y añade una lista de nombres de vecinos con los cuales pudiera averiguarse al respecto.
Ambos casos relacionados con una cuestión de alta sensibilidad: el agua, aunque desde ópticas distintas: cuando se necesita y cuando se le teme a su fuerza. Reitero, quizás con el punto de la polémica en común del título con el del track de Buena Fe, incluido en su disco Dial, de 2013, y que en una de sus estrofas dice así: A lo malo conocido/ Por lo que hay por conocer,/Serrucho en mano/Corte por lo sano/ Antes que lamentar, es mejor precaver.