Respeto y gratitud

“A los mártires hay que recordarlos de una manera útil…”, expresó el líder histórico de la Revolución cubana Fidel Castro Ruz, en el discurso pronunciado en la Avenida Garzón, de Santiago de Cuba, el 30 de noviembre de 1959, y eso es lo que intentan hacer los cederistas de la Zona 96, en el Consejo Popular Onelio Hernández, en el municipio de Ciego de Ávila, encabezados por su coordinador José B. Ramia Pedroso, quien reside en la calle Independencia, entre Candelario Agüero y Onelio Hernández.

En la misiva llegada a esta Redacción nos narra las peripecias seguidas por esos vecinos para recuperar el Parque de los Mártires, que, según las fotos que adjunta y lo escrito, “se ha convertido en un baño público, la tarja está rota y tirada por el piso, que está cubierto de basura; se ha solicitado apoyo a la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana y a la Dirección de Patrimonio Cultural en la provincia, para ver si existía algún presupuesto que permitiera recuperar el lugar que rinde homenaje a los que dieron su vida por esta Revolución”.

Convocaron a los factores de la zona y a los cederistas y limpiaron el Parque, recuperaron la tarja y pintaron la tapia, con la ayuda de la Dirección Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología. Realizaron una actividad político-recreativa y lo dejaron en muy buenas condiciones.

Conocieron por la directora de Patrimonio que “hacía varios años existía un proyecto para construir en ese lugar un complejo que incluye una plaza”.

Lo buscaron y se dieron a la tarea de ver quién tenía que aprobar dicha construcción. “Se aprobó y se hizo una reunión donde estuvieron Comunales y COMCAVILA y se nos informó que había cinco millones de pesos para la obra, que se comenzó a ejecutar. Los trabajadores de COMCAVILA arrancaron el piso y se lo llevaron; sin tener en cuenta que a la tapia que existía había que subirle tres hileras de bloques, comenzaron a construir una nueva, de más de 30 metros de largo y 4 de alto.

“Para los cimientos hicieron una excavación de 40 centímetros de profundidad, llovió y se llenó la zanja de fango, no se limpió, le echaron concreto sin cabillas, las columnas no tienen parrillas y tendrán 10 centímetros de grosor. Entre una tapia y la otra, construida con 1300 bloques, queda un laberinto que, al parecer, se unirá con una placa cuando ambas tengan la misma altura; mientras, ese espacio está lleno de basura.

“Si en los momentos actuales no había condiciones ni materiales para construir una obra que rinda homenaje a los mártires de Ciego de Ávila, para qué la iniciaron, para que hoy esté en un estado más deplorable que cuando se comenzó”.

El esfuerzo de los cederistas de la Zona 46 para rendir y continuar rindiendo tributo, a los mártires de todas las generaciones, no puede esperar el sueño eterno de priorizar lo urgente, tiene que convertirse en labor importante de entidades, organismos y de todo un pueblo que recuerda con respeto y gratitud eterna a los que murieron defendiendo la patria.