Por una solución viable

Vecinos de la calle Serafín Sánchez, entre calle Cuarta y Arnaldo Ramírez, perteneciente al Comité de Defensa de la Revolución No. 3, en la Circunscripción 14, en la ciudad capital, son conscientes de la amenaza que representa la edificación de una fosa séptica que se encuentra en fase constructiva, en las afueras de la anterior Clínica de Genética, que coincide con dicha dirección.

Representando a los habitantes de unas nueve viviendas que estarían expuestos a un riesgo biológico, de ser finalizada la obra, José Antonio Echevarría de León argumenta en su misiva las razones por las que están inconformes, en donde resalta, también, que conviven cinco menores de edad.

“(…) representa una alta dosis de contaminación bacteriológica y de infección a los vecinos, transeúntes y personal que se reúne para recibir los servicios hospitalarios y demás clínicas en el entorno, además, por la ubicación en que se pretende su construcción, cerca del paso de abasto de agua y la cercanía de las cisternas de vecinos. (…) Estamos conscientes de que no reúne las normas elementales de la preservación del medio ambiente (…)”.

En busca de una solución viable, realizaron investigaciones dentro de los preceptos y contenidos de la Constitución de la República de Cuba y fueron entregadas quejas a las entidades pertinentes, tales como: la dirección Territorial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, la oficina de Atención a la Población del Poder Popular y el Centro Provincial de Higiene, Epidemiología, y Microbiología, los que aún no dan solución.

“(…) algunos parámetros y riesgos que modestamente hemos ido documentado, aunque sabemos que existen muchísimos más, son:

—Su construcción debe realizarse a una distancia de más de tres metros entre una fosa séptica y una cisterna de agua potable, así como también, guardar una distancia prudencial al paso de personas y vehículos.

—Existe un alto grado de riesgo biológico, por la exposición de microorganismos bacteriológicos que pueden dar lugar a enfermedades contagiosas.

—Ocasiona malos olores, ya que esos vertederos de desechos tóxicos (…) traen bacterias y microbios de difícil erradicación (…) que, a pesar de los tratamientos químicos, continúan alojados en las paredes de la fosa séptica”.

Echevarría de León comentó que, luego de acercarse a los constructores de dicha obra, no la han continuado; pero sabe que eso no será por mucho tiempo.

Fotos entregadas a nuestra Redacción reafirman todo lo expuesto y más, porque la fosa, que apenas comienza su ejecución, es ahora un hueco profundo, el cual permanece lleno de agua de lluvia o de alguna filtración subterránea, convirtiéndose, además en un foco para los mosquitos, muy proclive en la actual temporada de verano.