Ojos que no ven…

“No siempre se les pilla antes que a los cojos”, me decía una vecina cuando hablábamos de aquellos que logran engañarnos por alguna u otra razón. Lo cierto es que los hay tan redomados, que debemos conocer su arte de mentir, para poder contrarrestarlos.

“Considero que más que todo, hay muy mala atención y falta de profesionalidad”, comenta en su misiva Pablo Iglesias López, quien reside en calle Eduardo Mármol, No. 93, entre Maceo y Honorato del Castillo, en esta ciudad.

“Luego de lo publicado en un Sin Rodeos del día 13 de agosto pasado —con el título Óptica Miramar no acierta—, que se refiere a mi queja sobre los dos y medio años de espera por un lente de contacto de gas permeable, que sigo sin obtener, recibo, por mediación de este semanario, una respuesta donde intentan quitar las culpas de esta desidia, mas no dan la solución a mi problema.

“Yo tengo imperiosa necesidad de ese lente, puesto que padezco de queratocono en ambos ojos, y el aumento de la curvatura de mis córneas con el paso del tiempo se acrecienta, junto a la pérdida paulatina de mi visión, asociada a la miopía y el astigmatismo.

“Mi triste historia con la óptica comenzó el día 28 de enero de 2020, cuando mandé a confeccionar uno de mis lentes de contacto porque se me extravió.

“Hice el contrato en Ópticas Miramar, en el municipio de Morón. En ese momento el pago fue en el Peso Cubano Convertible (CUC) y ellos me dijeron que la fabricación demoraba de uno a tres meses y estuve de acuerdo.

“Ya en marzo llegó la pandemia de la COVID-19 e imaginé que habría retrasos, por tanto, esperé un tiempo más, pero al cabo de uno y medio año, y tras múltiples llamadas a la óptica, empecé a preocuparme, pues nunca sabían nada del lente.

“A finales de 2021 logré que me pusieran en contacto con Lily, una funcionaria de aquí de Ciego, quien llamó a la Óptica de La Habana, para mal de males, pues ahí empezaron las incongruencias.

“El primer absurdo fue que dijeran que ellos ya lo habían hecho, pero que yo lo había devuelto… Ella me anotó un número de teléfono para que yo mismo los llamara, pero nunca me respondieron.

“Entonces retomé insistir con la óptica de Morón, pues son ellos los encargados de mi lente, pero todas las veces que los contacté obtuve una respuesta diferente: que ya no sabían que iban a hacer con estos casos (pues no es solo el mío), después que sí lo iban a hacer, luego que no, y que devolverían el dinero.

“Cansado de todo el peloteo, me comunico nuevamente con Lily, a principios de enero del año en curso; ya quería que me devolvieran el dinero de una vez, pero ¡sorpresa! me dijo que ya estaba el lente hecho y que a finales de mes lo tendría en mis manos.

“Confiado, esperé. Al ver que no me avisaban, llamé y me comunicaron que el lente estaba en Sancti Spíritus, que apenas hicieran los trámites lo traían a Ciego. Les propuse ir a buscarlo, pero me negaron esta posibilidad; “eso no estaba orientado”, me dijeron, pero una vez más fue falsa alarma.

“Ahora responde la Dirección Provincial de Salud a la sección de Sin Rodeos (Respuesta demorada, del 8 de octubre), que la carencia de materias primas y el impacto causado por la COVID-19, impidieron ofrecer al cliente el servicio, que los talleres a nivel nacional se mantienen cerrados, y que la decisión de la entidad es de devolver el dinero y ofrecerme disculpas por las molestias ocasionadas.

“Comprendo las carencias, ya lo he pagado con creces, mas solo veo justificaciones en pos de aludir responsabilidades, gran falta de seriedad en lo que hacen y dicen, porque, a más de un mes de responder por este medio de prensa, jamás me han llamado, ni para disculpas ni para devolver dinero alguno.

“Aprovecho este espacio para comunicar que no quiero el dinero de vuelta, necesito el lente, que es solo uno, incluso, aunque ya ni siquiera coincida con mi graduación actual; y ya saben por qué”.