Así, en interrogación, anda la lectora Belkys Vidal Chiong, residente en República No. 301, en el reparto Díaz Pardo, de Ciego de Ávila. Y así lo plasma en su misiva, con el deseo de hallar la respuesta que antes no fue convincente para ella.
“Muy contenta me puse al observar la nota periodística del pasado 24 de octubre, en este rotativo, que dice: Empresa de Seguros Nacionales El Cliente en primera fila, reafirmando la ESEN que constituye un espacio para la protección de personas naturales y jurídicas, ante situaciones accidentales, y los vehículos para el transporte terrestre, incluso, que en fase de transmisión autóctona ha efectuado algunas adecuaciones pertinentes, ‘hacia adentro’, en cambio, en mi caso, acabo de recibir el no reparo al daño, ante el siguiente suceso.
“El día 2 de junio de 2020, hice viaje (ida y vuelta) de Ciego de Ávila a Nuevitas en mi auto Moskvich, con matrícula P 047 880, y póliza 08T00532 que data desde 1983, por el Circuito Norte, para llevar a mi papá que se encontraba bajo mi custodia a raíz de la muerte de mi madre el 7 de marzo de este año; viaje efectuado con toda la documentación requerida, al encontrarnos en etapa de COVID-19.
“Al regreso, transitando por el Circuito Norte, vemos un carro de frente, que por su tamaño y características asumimos fuese de carga de materiales de construcción y, al cruzarnos, sentimos un golpe, parando en medio del susto. El carro siguió su marcha, pero al revisar nos dimos cuenta de que había un orificio en el parabrisas, divisándose gravillas regadas, por lo que dedujimos fuese producto de la colisión de una de ellas contra el mismo.
“En medio de la nada tratamos de llamar, no existiendo cobertura en gran parte, o en casi toda la carretera. Y siendo este un lugar solitario, seguimos marcha. Pasado el entronque de Sola hubo cobertura en un tramo y llamamos a nuestra casa, mi esposo, aun sin concluir el viaje, se personó en la dirección de la ESEN y explicó lo sucedido.
“Al llegar a Ciego de Ávila, me presento en el Departamento Comercial de la ESEN, y se procede a llamar al SEPSA (perito) que se encontraba ese día en un accidente, y que al día siguiente confeccionó la documentación correspondiente.
“Pasado este tiempo sin respuesta por parte del asegurador, acabo de recibir la sorpresa de que mi pretensión ha sido denegada, por no actuar correctamente, y esperar en el lugar del accidente; que fuese hacia el intrincado Circuito Norte y sin cobertura ni transito casi, un efectivo del Orden Interior.
“No entiendo tampoco que, si todas las empresas del país ante la pandemia, han adecuado sus protocolos de actuación, a mí se me exija, como aspecto excluyente, la permanencia en el desolado lugar, en plena pandemia, hasta que llegase un funcionario autorizado, máxime si se trata, como antes apuntamos, de un equipo asegurado desde 1983, y que nunca ha afectado las arcas de la ESEN, en un centavo, y pretendiendo me vendan un parabrisas de autos decomisados, que bien pueden tributar al Seguro, u otra opción compensatoria. O que me digan: en qué parte de la primera fila, me puedo yo sentar.”
Desde la fila de lo justo, y con el pensamiento en lo expresado por Vidal Chiong (…si todas las empresas del país ante la pandemia, han adecuado sus protocolos de actuación…) este redactor espera que no demore en llegar al buzón de Cartas Abiertas la contestación argumentada del porqué tal veredicto o, en su defecto, la solución que la ESEN propone a la remitente