Carlos Valdivia Álvarez vive en calle Independencia, No. 129 Altos, entre Maceo y Simón Reyes, en pleno bulevar avileño, sitio restaurado en fecha tan reciente como el verano de este año. Sin embargo, la parte delantera de su casa, con visibles signos de deterioro —derrumbes incluidos—, quedó “fuera” del brillo que ahora exhibe el citado paseo.
Valdivia Álvarez nos cuenta: “En el mes de abril del presente año se personó en mi casa una comisión del Gobierno Municipal, planteándome que no tenían recursos para la restauración de la fachada. Esto a raíz de una carta que envié al despacho del Presidente. Incluso, una de las visitantes, en un tono bastante hiriente, manifestó que ella cogería mi vivienda para otra cosa más útil, si yo aceptaba una opción que me traían.
“Me propusieron entregarme el solar ubicado en calle Libertad, entre Simón Reyes y José María Agramonte, para hacerme una biplanta; y yo no estuve de acuerdo.
“En días posteriores fui al Gobierno para que me dieran la respuesta por escrito y me dijeron que ya yo la tenía y que había perdido mi oportunidad.
“Hablo de la fachada que es responsabilidad de Patrimonio; y yo como propietario no puedo realizar ninguna acción, pues, de hacerlo, sería multado por el Instituto de Planificación Física.
“En el mes de junio habíamos visto la luz, ya que se restauraron todas las fachadas del bulevar —menos la mía—, cuando entró la brigada que haría los arreglos en saludo al 26 de Julio. Esto fue revisado por Patrimonio y la Dirección Municipal de la Vivienda (DMV). Esta última planteó que existían 20 millones de pesos para los arreglos en el bulevar.
“Ese día, entre los especialistas de Patrimonio, de la DMV y el director de Construcciones Varias, tomaron la decisión de no hacer nada. La DMV se encargaría de la contratación al Fondo Cubano de Bienes Culturales para que restauraran mi fachada.
“Después de ese momento, en varias ocasiones, contacté a Patrimonio y nada. Corrieron los meses de julio, agosto y septiembre, y el 7 de octubre volví a Vivienda y fui atendido por una compañera conocida como La China, quien me planteó que no existe dinero, llamó a la Directora y esta confirmó lo mismo. Y yo me pregunto ¿y el dinero del que se habló antes qué se hizo?.
“Lo cierto es que hoy mi fachada se cae a pedazos, los ventanales están podridos y llueve más adentro que afuera. Y es curioso que la vivienda que queda enfrente de la mía, deshabitada por más de 10 años, la empezaron a restaurar.
(Pudo este redactor ver los marcos de puertas y ventanas pudriéndose en el piso del inmueble).
“Yo me siento desatendido como ciudadano y como revolucionario no entiendo este proceder”.
Los motivos que argumentan la decisión de no restaurar el frente de la casa de Carlos, tal vez los conozcamos cuando los organismos citados aquí respondan a esta sección. No obstante, llama mucho la atención que, una vez más, los avileños construyamos y dejemos algo inconcluso.
Y cito como ejemplos: el revestimiento de algunas aceras con losas en el centro de la ciudad, el proyecto sociocultural Debajo de Los Elevados y varios objetos de obra de la emisora provincial Radio Surco; o sin el uso para el cual fueron concebidos, como el bar temático Eddy Martin, la Academia César Alberti; y los cines Nicaragua y Ávila Cinema (hoy sede de la compañía Teatro Primero). O el bulevar, que visto desde lo alto, exhibe chapucerías como para volver a restaurarlo. Pero estos serán asunto para algún otro trabajo periodístico.
Carlos Valdivia espera, y merece, una respuesta. El bulevar avileño, también.