Virgilia Caridad Quignon González, más conocida por Cacha, de 72 años de edad, es vecina de la calle I, en el reparto Lugones, en el municipio de Ciego de Ávila.
Ella vive una realidad social que bien pudiera atenderse diferenciadamente, si tenemos en cuenta su avanzada edad, asociada a una crítica condición de salud que la limita físicamente, además de la apremiante necesidad de resolver su problema de vivienda.
“El Kate —en 1985— me arrancó el techo de la casa de cuajo, fueron momentos muy duros para mí”, escribe, y el huracán Irma provocó más daños. “Luego vino la tormenta Alberto y le puso la tapa al pomo, pues las intensas lluvias terminaron de derrumbar lo que me quedaba”. Según explica, tras cada uno de esos eventos aparecieron las comisiones investigando y haciendo fotos, pero todo quedó en el olvido.
En 2017 Cacha fue a la Dirección Provincial de la Vivienda a solicitar ayuda, un subsidio, o algo para reponer la cubierta, y le explicaron que primero debía inscribir la casa en el Registro de la Propiedad de la Vivienda.
“Me mandaron a buscar un arquitecto para medir los límites y el lindero; en eso me tuvieron tres meses. Después un certifico, dos meses (…) otro certifico, dos meses más, me dijeron que ellos me avisaban y pasó un año.
“Entonces, en 2018, reclamé, hicieron tremendo revuelo, muchas fotos para la casa, y nada”.
Llegó el 2019, “me fui para La Habana, al Consejo de Estado, planteé mi situación y me dieron un papel para Magdalena —quien entonces atendía esos trámites en el Poder Popular en la provincia—; nada más me faltó mudarme para el Poder Popular Provincial, y nunca la vi, nunca estaba”.
Desde el Kate a la fecha han pasado varios eventos climatológicos por nuestro territorio, algunos de ellos dejando más daños a la ya maltrecha vivienda de Cacha y, también, varios delegados por su circunscripción, quienes, afirma, han conocido todos de su situación.
“Yo tengo una joroba en mi columna que me afecta el equilibrio; me auxilio con un bastón, soy viuda y vivo sola”, expone, preocupada.
La metodología para la atención a damnificados por eventos meteorológicos existe y conmina a priorizar los casos, según su gravedad. Es imperioso que se le dé una solución a Cacha, toda vez que la actual temporada ciclónica ya está aquí y podría afectar aún más sus condiciones de vida.