En la sección Sin rodeos de este medio de prensa se publicó, el pasado 25 de enero, Prestar mejores servicios, que se refería al grado de deterioro en que se encuentra el motel Las Cañas, local que requiere, “más que recursos materiales para su reparación y mantenimiento, una buena limpieza y la chapea de su entorno, para eliminar la maleza; pintar las propias cabañas y la cerca perimetral (…). Y, sobre todo, necesita del control y el cuidado de lo que allí existe, para que se mantenga prestando mejores servicios a la población”.
Constituye un reclamo la necesaria aplicación de iniciativas, con empeño y motivación, además de un chequeo constante en esa entidad, para la prestación de servicios.
Hoy publicamos la respuesta enviada a esta Redacción por Fidel Cruz Pérez, director general del Grupo Empresarial de Comercio en Ciego de Ávila, quien tramitó su tratamiento con la Empresa Provincial de Alojamiento y Aseguramiento al Comercio y su director Yuset Colina Morejón.
Explica que “solo están prestando servicios de hospedaje dos cabañas, las que se utilizan por la unidad, lo que limita obtener utilidades para invertir en el proceso de reparación y mantenimiento, dígase pinturas y otros materiales de construcción necesarios para acometer la inversión.
“El Motel Las Cañas proviene de la Empresa Municipal de Gastronomía; al ser traspasado, se encontraba con un alto grado de deterioro en sus diferentes áreas, por lo que no ha sido posible realizar una rehabilitación parcial o total por la Empresa de Alojamiento, al no contar con el presupuesto necesario.
“Hoy no se cuenta con el suficiente personal contratado, debido a las pocas condiciones de explotación del lugar, por lo explicado anteriormente, así como el bajo salario a devengar. No obstante, con los trabajadores de allí, la brigada de mantenimiento de El Piñacito y Comcávila, se trabaja para lograr un cambio de imagen.
“Además, se han asignado para viviendas un grupo de cabañas a compañeros que son casos sociales y otros, por decisión del Gobierno municipal, limitándose la prestación del servicio.
“Se encuentra en estos momentos en un proyecto de desarrollo, que pretende la recuperación de 20 habitaciones, área de piscina, restaurante, cocina y carpeta, para el rescate de la instalación”.
Las mencionadas acciones que se realizan son algo, pero no suficiente, pues probablemente no se puedan concluir para este verano y tanto los trabajadores como los pobladores de esta ciudad verán limitada su posibilidad de pasarla bien junto a sus seres queridos, amigos y compañeros, en áreas como la piscina que invitan al disfrute.
También resulta imprescindible que el Gobierno municipal realice las acciones requeridas para que las familias o personas a quienes se ha dado cabida allí, abandonen el lugar; no considera esta redactora que sea correcta su convivencia con los visitantes.
Como expone el colega José Luis Martínez Alejo en su trabajo El abandono pide prórroga, “no es cuestión de invertir, arreglar y luego ‘quitarle lo bailado’ a los salvadores. Ni se trata de una metamorfosis infraestructural a prisa (…) Trabajar, trabajar y trabajar no puede ser una alternativa, pero tampoco la única opción para los protagonistas de los hechos económicos, quienes ven hoy como, en sitios con alojamiento, (…) y similares. El abandono pidió prórroga y se quedó”.