Promesas de un sanador de almas

Mi amigo Dany Rodríguez Ceballos, reconocido psicólogo por su lucha a favor del bien y la inclusión, por su apego a lo más elevado de los seres humanos; y por hurgar, también, en las zonas oscuras que muchas veces emanan de ellos y entorpecen la vida de los otros; me acercó estas promesas que comparto porque, aunque celebramos un Día Mundial de la Salud Mental, a veces soslayamos el valor que representa alguien que ayude a sanar nuestras almas.

“Si vienes a mí como víctima, no te apoyaré. Pero tendré el coraje de caminar contigo a través del dolor que estás sufriendo. Te pondré en el fuego, te desvestiré tus secretos y te sentaré sobre la tierra. Luego soplaré tu corona para limpiar los viejos recuerdos que te hacen repetir el mismo comportamiento. Voy a soplar tu frente para ahuyentar los pensamientos que nublan tu visión. Voy a soplar tu garganta para liberar el nudo que no te deja hablar. Voy a soplar tu mente para asustar al miedo, para que vaya muy lejos donde no pueda encontrarte.

“Voy a soplar con fuego tu vientre para quemar los apegos, y el amor que no fue. Expulsaré a los amantes que te dejaron, a los niños que nunca llegaron. Voy a soplar tu corazón para calentarte, para reavivar tu deseo de sentir, crear y comenzar de nuevo.

“Voy a soplar la basura que recogiste tratando de amar lo que no quería ser amado. Voy a soplar el polvo de tus pies y borrar los recuerdos de las huellas, para que nunca puedas regresar a ese lugar malo.

“Voy a soplar tu columna vertebral desde la raíz hasta el cuello para aumentar tu fuerza y ayudarte a caminar erguido. Después de esto llorarás, y después de llorar dormirás. Y soñarás sueños hermosos y cuando te despiertes te estaré esperando. Te ofreceré comida que comerás con placer, saboreando la vida, y te agradeceré.

“Porque lo que ofrezco hoy, me fue ofrecido antes (...). Y después de que fui sanada, sentí que la oscuridad se iba, y lloré. Luego caminaremos juntos, y te mostraré mi jardín y mis plantas, y te llevaré al fuego otra vez. Y hablaremos juntos en una sola voz con la bendición de la tierra.

“Y el fuego escuchará y susurrará el eco, y crearemos esperanza juntos. Y las montañas escucharán y susurrarán el eco, y crearemos esperanza juntos. Y los ríos escucharán y susurrarán el eco, y crearemos esperanzas juntos. Y el viento escuchará y susurrará el eco, y crearemos esperanza juntos. Y luego nos inclinaremos ante el fuego, e invocaremos a la energía divina visible e invisible. Y le dirás gracias al todo. Y dirás gracias a ti mismo”.