Tomada de Sitio web del Ministerio de Cultura de Cuba Quizás con mencionarles dos de sus más emblemáticas obras teatrales, Electra Garrigó y Aire frío; y dos de sus novelas resaltadas por la crítica, La carne de René y Pequeñas maniobras, ya ustedes habrán identificado a su autor. Tal vez, por qué no, en alguna ocasión leerían una de sus narraciones cortas…
Si pensaron en Virgilio Piñera (1912-1979) les digo que acertaron justo al centro de la diana. Es más: afirmaría que poseen muy buen gusto.
Sepan, entonces, que este matancero nacido en Cárdenas está considerado, por los entendidos, como “uno de los autores más originales de la literatura en Cuba”.
Pero este sobresaliente literato no solo rubricó obras teatrales, novelas y poesía, sino que sumó a su largo currículo un racimo de buenos cuentos; además de dictar conferencias, fue un activo colaborador de algunas de las principales revistas y traductor, entre otros menesteres.
Poseedor de una sólida cultura; se gradúa como Bachiller en Camagüey y más adelante, ya en La Habana, estudia la carrera de Filosofía y Letras y obtiene el doctorado en esas especialidades. Sepan que por su mala situación económica él pidió matrícula gratis.
Había sido cofundador de la Hermandad de Jóvenes Cubanos, con el propósito elemental de “difundir la cultura cubana”. Vale destacar que lograron llevar a la Tierra de los Tinajones al grupo Teatro del Arte con la obra La cueva, de La Habana. Ha definido, según aparece en una de las fuentes revisadas, su vocación por la escritura. Suscribe así sus primeros poemas.
De seguro les interesará saber que Virgilio realizó su primera presentación pública en la Sociedad Lyceum, presentado por nada más y nada menos que José Antonio Portuondo. En ese mismo recinto ofreció una conferencia. Escribe, también, la obra teatral El clamor en el penal, su ópera prima en ese género de las artes escénicas. Esta breve relación marca el comienzo de su más acabada definición.
El primer poemario lo publicó en 1941, titulado Las furias; también escribe su obra Electra Garrigó. Se conoce de su conferencia sobre Gertrudis Gómez de Avellaneda. Otro de sus relevantes ensayos son el titulado Dos poemas, dos poetas, dos modos de poesía, sobre Elegía sin nombre (1936), de Emilio Ballagas, y Muerte de Narciso (1937), de José Lezama Lima, aparecido en Espuela de Plata.
Fundó y dirigió una revista, Poeta, que solo tuvo dos ediciones, en las que dio a conocer dos de sus valiosos ensayos. Sobre su cosmovisión y preocupaciones en torno a los problemas de escribir, opinaba: “Para mí escribir ha sido siempre una verdadera tortura”. Es oportuno resaltar como parte indisoluble de la obra de Piñera, la calidad y belleza estética y su claridad en los juicios emitidos en su quehacer ensayístico.
Virgilio Piñera realizó una amplia gama de periplos que lo llevaron a toda América Latina, Estados Unidos y Europa. Colaboró en publicaciones como Espuela de Plata, Grafos, Orígenes, Lunes de Revolución, La Gaceta de Cuba, Unión… Fue director de Ediciones R, entre muchas otras acciones que dan muestra fehaciente de su intenso bregar en favor de la cultura y del buen teatro y buena literatura.
Dos breves reseñas les entrego a los internautas. Electra Garrigó, de 1948, es una reducción del mito griego a nivel de parodia y choteo. En su momento fue polémica y motivó protestas, pero con los años se ha convertido en un punto de referencia. En el caso de Aire frío, estrenada en 1962, pero se escribió anteriormente, de corte autobiográfico, narra la historia de una familia que se niega a proletarizarse y vive en un mundo de valores que desaparece.
Otras obras teatrales son Falsa alarma, El gordo y el flaco, La Boda; novelas: El que vino a salvarnos, El caso Baldomero, Presiones y diamantes; algunos de sus cuentos son: Muecas para escribientes, El viaje, Algunas verdades sospechosas; y textos poéticos como La isla en peso, La vida entera…
En 1967, su obra Dos viejos pánicos obtuvo el Premio de Teatro del Concurso Casa de las Américas. Para honrarlo, se instituyó el premio teatral Virgilio Piñera.
Curiosidades
• En Sudán y otras partes de África, las glándulas del cocodrilo eran utilizadas para elaborar una sustancia de fuerte olor almizclado con la que se preparaba una especie de ungüento muy apreciado por las mujeres como perfume.
• Según avezados especialistas en la materia, durante el sueño los humanos perdemos como promedio 300 gramos de peso corporal.
• Uno de los precursores de la historiografía azucarera lo fue el sabio naturalista alemán Alexander von Humboldt (1769-1869), quien vivió en Cuba en la década de los 90 del siglo XVIII.
• “Y para los amantes, su amor desesperado podrá ser un delito, pero nunca un pecado”, sentenció el inspirado poeta cubano José Ángel Buesa.
• Añada a su acervo, amiga o amigo internauta, este interesante dato: La fecha que se pone en las botellas de vino es la de la cosecha de la uva y no en la que fue embotellada la espumosa bebida.