Viaja a Cuba conmigo/FacebookLa mayor creación de Tomás Felipe Camacho es el Orquideario de Soroa“…Detrás de las orquídeas, un amor”, bella y especial sentencia rubricada por el poeta, narrador, periodista, orador, coleccionista de arte y empresario Tomás Felipe Camacho (1886-1961), quien fundó el Orquideario de Soroa.
Nacido en las Islas Canarias, llegó a Cuba a los 13 años y comenzó a vender periódicos en la Capital de todos los cubanos. Allí conoció a Pilar León, la que más tarde sería su esposa.
Sin embargo, por su situación económica no fue aceptado por la familia de Pilar, de procedencia social acaudalada, y esto lo obligó a trabajar duramente y a estudiar en una situación bastante difícil.
Conozcan que, fue redactor del periódico Cuba y, se convirtió en abogado y doctor en Derecho en la Real y Pontificia Universidad de La Habana. Ejerció de abogado con buena fortuna y publicó algunos textos jurídicos; fundó y comenzó a dirigir la revista Cuba y Canarias y estuvo entre los fundadores de la Asociación Canaria, que presidió en 1945.
Colaboró en El Día, Letras, Diario de la Marina, Azul y Rojo, El Fígaro, El Mundo Ilustrado, El Hogar y Carteles. Realizó varios negocios que le proporcionaron una considerable fortuna. Llegó a ser miembro de la Asociación de Hacendados y Colonos de Cuba, y fue elegido primer vicepresidente del Ateneo Canario, fundado en 1927.
Según el portal cubano Ecured, su amor por el arte lo llevó a reunir una valiosa colección de obras de arte y ayudó a cursar estudios superiores a varios artistas cubanos. Fue vicepresidente del Patronato Pro-Música Sinfónica y primer presidente del Patronato Pro-Museo Nacional.
La mayor distracción y placer de su esposa eran las flores, y dentro de ellas, prefería las orquídeas, por lo que, tras su fallecimiento y el de su hija, Tomás Felipe Camacho se refugió en una finca de Soroa, en la entonces provincia de Pinar del Río.
Conozcan las amigas y amigos de la Gran Red de Redes, que allí fundó el Orquideario de Soroa. Nada más y nada menos que un jardín, integrado por diversas orquídeas y plantas exóticas que ha alcanzado gran celebridad y es producto de la consagración de un hombre al amor por su compañera y la naturaleza.
El Orquideario, a pesar de su magnitud, no constituyó una fuente de lucro para su dueño; aunque era visitado por turistas nacionales e internacionales, no se cobraba nada por ese concepto, ni se vendían flores ni plantas ornamentales.
De una fuente extraigo que, hacia 1953, ya existían en el jardín unas ¡11 000! plantas distribuidas en ¡700! variedades, además de numerosas plantas ornamentales de diferentes géneros y especies, entre ellas aráceas, amaranthaceas, liliceas, bromeliáceas, meliáceas, etc. Laboraban allí 16 obreros y un técnico japonés, bajo la responsabilidad de Agapito Hernández, quien, por su trabajo, honradez y dedicación, se ganó la confianza del dueño. Cultivaban las orquídeas en umbráculos de madera dura como el sabicú.
Sí, la historia de Soroa está ligada al amor de su dueño por su hija y esposa, esa historia no se puede escribir sin reconocer que está ligada, además, al amor de Agapito por su trabajo: encaminado a proteger las orquídeas, y lo más importante, que no desapareciera el Orquideario por falta de su gestión personal.
Cuenta con un área nada más y nada menos que de 35000 metros cuadrados, dedicados en lo fundamental, al cultivo de las orquídeas con más de ¡20 000! ejemplares de 700 especies de esta codiciada flor, así como zumba y suena.
Las hay tanto endémicas como exóticas, y están distribuidas sobre plantas vivas y en nueve umbráculos para su reproducción; además, existen ejemplares únicos, extremadamente protegidos por los especialistas del centro, y exóticos que por primera vez se pueden admirar. Un décimo umbráculo es el orquideograma, donde las orquídeas florecidas exhiben su frágil belleza y delicado perfume para el asombro de los visitantes.
Camacho recibió la Orden Isabel la Católica, en 1955. Poco después del triunfo de la Revolución, en 1959, el Orquideario fue visitado por el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, quien admiró el lugar y el trabajo realizado.
Posteriormente, en 1960, el fundador del mayor orquideario del mundo viajó a España con el objetivo de visitar su familia y allá murió producto de una afección cardíaca. A partir de entonces, el Orquideario quedó al cuidado de Agapito hasta que, en 1961, pasó a ser Patrimonio Nacional, atendido directamente por la Academia de Ciencias de Cuba.
Por la necesidad de prestarle la debida atención al Orquideario, la dirección del Jardín Botánico Nacional de Cuba le planteó la tarea al Centro Universitario de Pinar del Río, actualmente, Universidad de Pinar del Río que, desde 1976, ha trabajado intensamente en la remodelación de los jardines y construcción de umbráculos con las condiciones adecuadas para el cultivo y exposición de orquídeas en gran escala.
Aprovechando la configuración natural del terreno y el arbolado plantado desde la construcción, se proyectó la siembra de plantas ornamentales en general con fines decorativos y estéticos. Se agruparon las plantas siguiendo criterios taxonómicos, en la mayoría de los casos por familias, para lo que fue necesario acondicionar el suelo.
Se han incrementado las investigaciones sobre las orquídeas, se protege el medio y se crean las condiciones idóneas para convertir el Orquideario en un centro científico, investigativo y cultural para el disfrute de turistas nacionales y extranjeros, manteniendo así viva la creación de Camacho, un prominente amante de la naturaleza.
Curiosidades
• Sepan, amigos internautas que, de acuerdo con una leyenda griega, el primer serrucho fue creado por un niño llamado Perdix quien se inspiró a crear esta herramienta al mirar la espina de un pez. El serrucho permite el corte de madera u otros materiales y, más allá de la leyenda, los ancianos egipcios usaron serruchos hace más de ¡5000! años atrás.
• Y, si de flores se trata, la pintora mexicana Magdalena Frida Carmen Kahlo y Calderón, conocida como Frida Kahlo (1907-1954) sentenció: “Pinto flores para que nunca mueran.”
• El pez gato del Mekong (Pangasianodon gigas), también conocido como siluro gigante o bagre del Mekong, puede alcanzar una longitud de ¡tres metros! y pesar hasta ¡300 kilogramos! Se distingue de otros bagres por la falta de bigotes y dientes.
• La locución latina post mortem, “después de la muerte”, se refiere a todo aquello que sucede después de la muerte de una persona.
• Uno de los elementos de la película Titanic más recordados, es el retrato que hace Jack de Rose, completado el día del naufragio y recuperado tiempo después entre las piezas halladas. ¿Sabían, amigos internautas, que el dibujo fue hecho por el mismísimo James Cameron? “Como el departamento de arte no pudo encontrar un artista que pudiera completar el boceto tal como lo imaginé, decidí dibujarlo yo mismo a partir de fotografías de Kate”, contó el realizador.