Titón sentó pautas en Cuba y Latinoamérica

Tomás Gutiérrez Alea • “Para mí, el cine sigue siendo un valiosísimo instrumento de penetración de la realidad (…) El cine no es retratar la realidad simplemente, el cine es manipular. Te da la posibilidad de manipular distintos aspectos de la realidad, de crear nuevos significados; y en ese juego es que uno aprende lo que es el mundo”, sentenció el cineasta y guionista cubano Tomás Gutiérrez Alea (1928 -1986).

Titón, como también se le conoce, comenzó su larga carrera en el Séptimo Arte filmando cortos de humor y luego, junto a Julio García Espinosa, rodó el documental El Mégano, que dibujó con crudeza la realidad de los carboneros de la Ciénaga de Zapata, valorado por la crítica de entonces como lo mejor de la creación cubana.

Tras el triunfo de la Revolución cubana, Gutiérrez Alea organizó la Sección de Cine de la Dirección de Cultura del Ejército Rebelde. Filma Esta tierra nuestra y, más adelante, abraza la realización de largometrajes, sin dejar a un lado los documentales. Viaja a la Unión Soviética para estudiar dirección de cine.

Fue fundador de la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo, a la que se sumaron varios intelectuales de izquierda. Estuvo, además, entre los fundadores del Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográfica y de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.

Eslabonó una cadena de exitosas, memorables y contundentes películas, entre estas, Historias de la Revolución, que lo da a conocer en el mundo como un grande de la cinematografía latinoamericana. Luego vinieron Las doce sillas, la emblemática La muerte de un burócrata y Memorias del subdesarrollo, todas devenidas clásicos.

A estas se agregan La última cena, Los sobrevivientes y Fresa y chocolate (que ha conquistado unos 28 premios), entre toda una gama de documentales, cortos y largometrajes.

Los especialistas y estudiosos de su obra lo han catalogado como uno de los intelectuales cubanos más sobresalientes.

• Sepa, amigo internauta, que nuestro planeta Tierra rota a una velocidad que supera los 1 000 kilómetros por hora, pero lo sorprendente es que se desplaza, a través del espacio, a la increíble velocidad de 107 826 kilómetros por hora.

• Los dinosaurios se extinguieron mucho antes de que se formaran las Montañas Rocosas o Los Alpes.

• Y, si de inventos se trata, la lupa fue inventada en el año 1250 por el inglés Roger Bacon, mientras que Alfred Nobel, en 1886, dio al mundo la dinamita.

• Una anguila eléctrica puede producir una descarga que, muchas veces, es superior a los 660 voltios.

• Algunas veces aparece escrito el término Ubajay para designar al pueblo que nuestros aborígenes denominaron Guajay, impropiamente escrito como Wajay