Tomada de shemadehistory.com En aquella época, a la zona al sur de Estados Unidos se le reconocía como territorio de indios. Los abuelos de Sarah Rector, también conocida como Sarah Rector Campbell y Sarah Campbell Crawford (1902-1967) habían sido esclavizados durante años, pues pertenecían a la nación originaria de Muscogee Creek y, a los miembros de esas comunidades, se les sometía a la voluntad de los blancos.
Durante el año 1887, y a pesar de las adversas condiciones, la familia recibió tierras por Ley de Asignación Dawes. Entonces, casi por casualidad, los abuelos de Sarah Rector recibieron un lote en medio de Glenn Pool. Pero, con lo que nadie contaba, mis amables lectores, es que, por debajo de la tierra, habría un resguardo natural cuantioso, nada más y nada menos que de ¡petróleo!
Así es que la familia de Sarah Rector recibió un campo petrolero inicialmente valorado en poco más de ¡550.00! dólares. El gobierno de Oklahoma determinó que los niños afroamericanos deberían tener derecho a la propiedad, y entonces el terreno quedó a su nombre.
Sepan las amigas y amigos de la Gran Red de Redes que los impuestos de propiedad eran elevados, y, aunque podían trabajar la tierra, el padre de Sarah decidió arrendar el lote a una compañía petrolera. Dos vueltas al sol después, el panorama cambió por completo.
Se conoce que un perforador independiente se dio cuenta que el terreno de Sarah Rector podía producir la friolera de casi ¡2500! barriles al día, por lo que, —como dueña de la tierra—, la niña empezó a ganar ¡300.00! dólares diarios, nada mal, verdad: esto se traduce nada más y nada menos que a ¡7500.00! de nuestro tiempo.
Con apenas 10 años, la infante ya podía sostener a su familia entera, con una vida que muchos blancos privilegiados aspiraban a tener, así como zumba y suena.
Los titulares en los periódicos no se hicieron esperar, The Kansas City Star y The Savannah Tribune abordaron hasta el ingreso anual de la familia, pero desbordaban racismo en sus tilulares: “Analfabeta, desalineada, mitad india y mitad creek”, fueron algunos de los adjetivos que utilizaron para describirla, al momento de anunciar que pasaba a ser la primera mujer negra de los Estados Unidos en volverse millonaria. Otra fuente describía: “El pozo de petróleo produce buenos ingresos: $112 000 al año para una niña negra”.
No obstante, Sarah Rector se volvió famosa en todo el país, y a su casa comenzaron a llegar solicitudes de préstamos, donaciones e incluso propuestas de matrimonio.
Pero…, siempre hay un pero, a pesar del éxito aplastante que la niña tuvo a raíz de la decisión de su padre, las leyes en Estados Unidos establecían que los ciudadanos negros ricos deberían de tener un tutor blanco “muy respetable”; tamaña imposición estatal racista no pasó por alto a los padres, quienes se involucraron para proteger la riqueza que legítimamente les correspondía, y lo lograron.
Con el dinero que juntaron en pocos años, Sarah Rector se convirtió en la propietaria de una de las primeras concesionarias automovilísticas del país, lo cual garantizó que fuera la mujer más rica de Estados Unidos hasta el último de sus días.
A la edad de 65 años, Sarah Rector murió a causa de un accidente cerebrovascular y, a partir de esa fecha, su primera mansión pasó a estar en manos de diferentes inquilinos; incluso se intentó derribar, pero la comunidad de vecinos insistió en impedir que eso ocurriera.
En la actualidad, aquella propiedad se convirtió en un ícono de las mujeres negras estadounidenses, aunque, lamentablemente, se encuentra “destartalada” y en “ruinas”, según notificó la cadena de televisión 41 KSHB.
Curiosidades
• La biodiversidad, del griego bio, vida, y del latín diversitas, variedad, comprende igualmente la variedad de ecosistemas y las diferencias genéticas dentro de cada especie, que permiten la combinación de múltiples formas de vida y sus interacciones con el resto del entorno, siendo el sustento de la vida sobre el planeta.
• Sepan, amigos internautas que gustan de estas breves cápsulas del saber, que el camarón de río o batata, aunque trata de esconderse entre la vegetación acuática, debajo de las piedras, o en cuevas que construye en el fondo de los ríos y riachuelos, es fácilmente descubierto, ya que siempre deja afuera el extremo anterior de su cuerpo.
• “Hacer patria constantemente es el deber de los jóvenes y renovar en todo momento el recuerdo de los que han sido con gloria nuestros precursores, es lo que no debemos olvidar jamás”, sabia y actual sentencia rubricada por el patriota y escritor cubano Emilio Bacardí Moreau (1844-1922).
• “No se puede juzgar un libro por su portada” le dijo F. Scott Fitzgerald a Ernest Hemingway (1899-1961), de quien supo que odiaba la portada de El Gran Gatsby.
• Invito a los amigos lectores a leer Biografía de un cimarrón, un excelente libro escrito por Miguel Barnet Se trata de un testimonio contado por Esteban Montejo (1860-1973), quien fue sobreviviente de la esclavitud y por él conocemos la vida en los barracones y la crueldad de esa vida, la lucha en los montes, las costumbres y las creencias de los africanos y sus descendientes en la Cuba de hace muchos años.