Santiago Ramón y Cajal, el padre de la neurociencia moderna

SantiagoRCEcured “Lo peor no es cometer un error, sino tratar de justificarlo, en vez de aprovecharlo como aviso providencial de nuestra ligereza o ignorancia”. Esta contundente sentencia pertenece al genial médico y científico Santiago Ramón y Cajal (1852–1934), quien realizó contribuciones fundamentales a la neurociencia.

En un pequeño esbozo biográfico se precisa que era hijo de un médico cirujano de renombre y los primeros años de su vida estuvieron marcados por los numerosos cambios de residencia de su progenitor.

Mostró habilidades para el dibujo, que realizaba siempre en contacto con la naturaleza, una pasión que le llevó a otra: su afición a la montaña; y, además, fue reconocido como un estudiante rebelde que se negaba a memorizar conceptos.

Sepan, amigos internautas, que realizó su primer curso de medicina en la Universidad de Zaragoza, en el año 1870, y, poco después, tras licenciarse en 1873, fue llamado a filas y enviado, saben ustedes a dónde, pues a esta bella isla caribeña, pero, no le fue bien, aquí contrajo paludismo.

Lo declararon “inutilizado para la campaña” y regresó a España. Tras recuperarse de su enfermedad, empleó los ahorros para comprar su primer microscopio, reactivos y colorantes. Habilitó un modesto laboratorio e inició sus andanzas en el campo de la histología. Culminó su doctorado, con !25 años! y la tesis titulada Patogenia de la inflamación.

Obtuvo, en 1879, la plaza de director de Museos Anatómicos de Zaragoza. Tres años más tarde fue galardonado con la cátedra de Anatomía Descriptiva de Valencia, que dedicó a los estudios del cólera. Aquí les va una curiosidad del ilustre científico: descubrió nada más y nada menos que la vacuna contra esa enfermedad, hecho que suele pasar desapercibido entre sus contribuciones.

Sepan, amigas y amigos de la Gran Red de Redes, que al crearse, en 1887, la cátedra de Histología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona, se trasladó allí. Un año después, descubrió que el sistema nervioso, incluido el cerebro, estaba compuesto por un sinfín de células individuales denominadas neuronas.

Así, el esquema de la estructura del sistema nervioso de Ramón y Cajal pasó a conocerse como la doctrina de las neuronas, un modelo capaz de explicar la transmisión unidireccional del impulso nervioso y que refutó la teoría más aceptada hasta ese momento, conocida como la teoría reticular.

Estudiosos de la contundente obra rubricada por vitales aportes a la humanidad, precisan que los detallados exámenes histológicos de Ramón y Cajal descubrieron que las neuronas estaban separadas por un espacio de entre 20 y 40 nanómetros, conocido como la hendidura sináptica, donde se producía la comunicación entre neuronas.

En su amplio currículo aparece que también propuso la existencia de las espinas dendríticas, una protuberancia donde dos o varias neuronas conectan para producir la sinapsis y cuya existencia solo pudo comprobarse con la posterior llegada del microscopio electrónico.

Resulta importante saber que sus aportes sobre el conocimiento del sistema nervioso central y periférico le convierten en el creador de la neuroanatomía moderna y que, por sus trabajos y aportes a la neurociencia, se le otorgó en 1906 el Premio Nobel en Fisiología o Medicina, que compartió con el investigador italiano Camilo Golgi.

Sus descripciones, sus láminas y los numerosos dibujos legados por él, han servido de texto para la formación de varias generaciones de médicos en todo el mundo. Es considerado por los neurocientíficos un personaje tan importante como lo fue Einstein para la física.

Publicó más de 200 artículos en revistas nacionales y extranjeras. Entre sus libros es necesario mencionar: Manual de Histología normal y técnica micrográfica (1889), Manual de Anatomía patológica general (1890), Textura del sistema nervioso del hombre y de los vertebrados (1904), entre otros.

Conozcan, amigos internautas, que en 1907 se convirtió en el primer presidente de la Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, cargo que desempeñó hasta su muerte. Fue elegido senador en representación de la Universidad de Madrid, y dos años más tarde fue designado senador vitalicio. Mientras, se negó a aceptar cualquier nombramiento de contenido político, al punto que rechazó el de ministro de Instrucción Pública (1906).

A lo largo de su vida recibió reconocimientos como la Gran Cruz de Isabel la Católica (1890), Gran Cruz de Alfonso XII (1902), Premio Internacional de Moscú (1900) y, Medalla de Oro de Helmholtz de la Real Academia de Berlín (1905).

Agreguen a su acervo que Santiago Ramón y Cajal fue culturista; así como zumba y suena, todo lo relacionado con la fuerza física le atraía de la misma manera que lo hacía la medicina. Tanto era así, que en su juventud, y tras perder un pulso con un amigo, decidió cambiar su musculatura.

Le puso tanto empeño que acabó con una increíble forma física: bíceps y tríceps definidos, una espalda ancha y corpulenta, al igual que sus pectorales y, tal y como escribió él mismo, una “circunferencia torácica que excedía los ¡112 centímetros!”.

Curiosidades

—Sepan, amigos que gustan de estas cápsulas, que el registro fósil de insectos nos remonta nada más y nada menos que a unos !400! millones de años. Con el crecimiento de bosques terrestres en tierra firme en el período Devónico, y con ellos las plantas, llegaron los insectos.

—Dimitrios Loundras, con solo 10 años de edad, se destacó como el atleta más joven en participar en los Juegos Olímpicos; eso fue en la edición de 1900, en la que obtuvo el tercer lugar en la barra paralela. Por su parte, entre las féminas Luigina Giavotti, con 11 años y 301 días, hizo historia en gimnasia, allá por 1928.

—El ojo humano no puede captar los rayos X o los ultravioletas. Sin embargo, ¡vaya que existen! y de hecho pueden hacernos daño. Tampoco el oído es capaz de percibir todos los sonidos; por eso cuando las ballenas jorobadas conversan, un humano normal no se da por enterado.

—En Cecilia Valdés, novela escrita por la pluma del periodista, novelista, maestro, traductor y escritor Cirilo Villaverde (1812-1894) el lenguaje es un protagonista de primera fila, empleando cubanismos como aplatanado, para el extranjero que adopta nuestras costumbres. Se nombra curros a los andaluces. Se menciona a niños que juegan con papalotes en el placer de Peñalver. Se mencionan las poninas, nada más y nada menos que las colectas efectuadas para un fin común y festivo, entre otros muchos.

—En latín, la frase lbusus non tollit usum: el abuso no anula el uso, sirve para expresar que, aunque de algo se haya hecho un mal uso, eso no significa que no pueda ser útil o bueno en otro sentido, o cuando es utilizado apropiadamente.